La semana pasada el secretario de turismo del gobierno de México Miguel Torruco Marqués presentó sus resultados del primer año de gestión frente a la Sectur Federal y sí, hubo una que otra sorpresa, sus estimaciones dicen que el año pasado México cerró con la llegada de 44.7 millones de turistas internacionales y 24.8 mmd en gasto. Con esto al secretario se le mira animado y optimista y hasta cierto punto satisfecho, aunque creo que él sabe que hay muchas voces que no lo avalan.

Hablaré de lo que se oye por aquí y por allá en la industria turística lo que se oye por los rincones del país, pienso que tiene muchos detractores abiertos que no le debaten al secretario de turismo de frente, que inclusive pareciera que lo apoyan o más bien no se quieten meter en bretes, hay muchos que “off the record” se manifiestan más que decepcionados de las maneras en que el actual gobierno maneja las políticas públicas del turismo mexicano.

Muchos de ellos prominentes empresarios hoteleros, gente de agencias de viajes, operadores, fideicomisos, aerolíneas, secretarios de turismo estatales y muchos más que, repito no lo dicen públicamente pero que en el “radio pasillo” se escuchan sus voces muy fuerte.

Algunas de esas voces dicen que la desaparición del CPTM ha sido la errata más significativa de este gobierno, “le quitaron las patas a la mesa” y ven como amenaza que otros países se aprovecharían turísticamente de la austeridad republicana de México, como el Caribe que algunos han venido creciendo turísticamente y que cuando quiéranos reaccionar tal vez sea ya muy tarde por que los procesos de recuperación de mercados sería muy largos.

El secretario de turismo suele ser tajante cuando afirma que este fue un cambio de régimen y no un simple cambio de equipo de gobierno, suele ser tajante cuando dice que es un acierto cuando se eliminan gastos y puestos superfluos de las estructuras de la sector como la de los directores generales adjuntos “que ganaban un dineral” o los asesores o los elementos de seguridad de los funcionarios anteriores.

Dice el secretario “ahora somos menos, pero más eficientes y seguimos respetando la línea del presidente AMLO de ser mas austeros con el gasto público, porque estamos convencidos de que había que canalizar recursos para beneficio de la población, a pesar de eso seguimos creciendo con la generación de 243 mil nuevos empleos directos y 129 millones de turistas hospedados en hotel en 2019.”

De la dos corrientes de pensamiento, ¿Quién tendrá la razón al tiempo? por un lado los simpatizantes de la 4T que ven en la palabra “ahorro” una especie de vacuna necesaria al dispendio y a la corrupción rampante de otros sexenios y que afirman que cortando la mata de tajo era la única manera de cambiar el método.

Por otro lado los que ven en la misma palabra “ahorro” una bomba de tiempo por la que al menos el turismo se descarrilará a una baja sin precedentes, una especie de sentencia final de que sin inversión gubernamental en promoción de marca país, el negocio del turismo para México terminará echándose por la borda. Los más mesurados están expectantes otorgando el beneficio de la duda al actual gobierno.

Es un secreto a voces de que a un año una gran parte el empresariado, políticos y turisteros están más nerviosos y pensativos que nunca, observando el desempeño que tiene el secretario Torruco al implementar sus nuevas políticas públicas en el turismo mexicano, sí ha presentado buenos números a la alza, pero que en mi opinión le están costando perder popularidad y simpatías entres el gremio turístico al cual pertenece hace mas de 40 años. ¿Quién tendrá la razón al final? Lo sabremos en unos 4 años o quizá antes. ¿Popular o impopular? Ya veremos.


Marco Daniel Guzmán Ryu
Comentarista de Turismo Mundial

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