Francesca Di Giovanni se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo de subsecretaria dentro de la Secretaría de Estado del Vaticano, nombrada por el papa Francisco.
A su cargo estará la cartera de relaciones con los Estados en su división multilateral. Di Giovanni ha colaborado en dicha subsecretaría desde 1993 y presidirá una nueva división. El Vaticano, un Estado soberano ubicado en Roma, tiene relaciones diplomáticas con más de 180 países.
En su trayectoria ha estudiado y trabajado con diversos temas, entre ellos los referentes a derecho internacional humanitario y privado, comunicaciones, género, migración y refugiados.
Ese tipo de puestos son tradicionalmente ocupados por miembros de la iglesia con nombramientos exclusivos para hombres.
Admitió que nunca pensó llegar a esta posición y añadió que hará lo posible por ayudar a ser una mediadora e impulsora de la paz en este cargo, como aseguró el Papa en su discurso el 1 de enero, donde remarcó el papel de las mujeres en la humanidad.
Su sorpresivo nombramiento se presenta después de que el Papa emérito, Benedicto XVI, retirara su firma del libro que defiende el celibato dentro de las estructuras eclesiásticas, una de las tradiciones más antiguas que definen el sacerdocio tradicional. Y después del retiro del secreto pontificio por parte del Papa actual, que prohibía a las víctimas acceder a los documentos en caso de abuso sexual, con el que eran obligados a guardar silencio por la rigidez eclesiástica.
Con todo lo anterior, la iglesia católica ha vivido cambios importantes desde el inicio de la misión de Francisco I, en 2013.
Algunos católicos -como Juan Cruz Chellew, quien ha llevado las demandas de las personas que fueron abusados en la infancia por integrantes de la iglesia, después de que él mismo denunciara abusos en su contra-, han declarado que la gestoría del pontífice es innovadora y esto le ha traído diversos enemigos dentro de la institución global, pero también confianza entre los católicos del mundo.
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