Foto: Reuters Aunque la oposición venezolana tiene la mayoría de los diputados de la Asamblea, el dominio de la sala de sesiones es visto como un símbolo de la lucha por el poder político de Venezuela  

Diputados de la oposición de Venezuela denunciaron el miércoles ataques de civiles armados afines al gobierno a las afueras del Congreso, lo que forzó un cambio de lugar para su sesión, en un nuevo capítulo por el control de la sede legislativa, única instancia institucional bajo dominio de opositores.

 

Aunque la oposición venezolana tiene la mayoría de los diputados de la Asamblea -al menos un centenar de un total de 167 miembros- el dominio de la sala de sesiones es visto como un símbolo de la lucha por el poder político de Venezuela.

 

El presidente Nicolás Maduro retiene el control del aparato estatal y las fuerzas armadas, mientras la oposición intenta preservar la sede legislativa y su jefatura, que ha sido la base legal para que el líder opositor Juan Guaidó se declarara presidente interino el año pasado.

 

“Nosotros vamos a seguir en función (…) seguiremos insistiendo”, dijo Guaidó, quien agregó que los ataques del miércoles exponen al gobierno de Maduro “de manera brutal, de manera evidente como lo que son: unos dictadores”.

 

Casi simultáneamente a las denuncias de agresiones a legisladores de la oposición, el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, segundo hombre fuerte del gobierno, ingresó al palacio federal sin inconvenientes y encabezó una sesión en honor a los maestros, que celebran hoy su día en Venezuela, según un testigo Reuters.

 

La televisora estatal transmitió partes de la sesión de la Constituyente, mientras algunos de sus miembros entrevistados por el canal oficial no hicieron referencia alguna a las agresiones ocurridas a pocas cuadras del Congreso.

 

En Venezuela, “hay una sola Asamblea Nacional Constituyente que tiene sede aquí”, dijo Cabello a periodistas.

 

“Me siento orgulloso porque esto es un colectivo, un colectivo de defensores de estos espacios, y defensoras de los espacios de la Revolución Bolivariana”, agregó Cabello al asegurar que los “colectivos” o grupos civiles armados son un “invento” y una “mentira” de la “gran prensa” que “sataniza (…) al pueblo en la calle”.

 

La elección anual de la presidencia del Parlamento el 5 de enero desató un confuso episodio en el que el oficialismo designó como jefe de la Asamblea a Luis Parra, un diputado expulsado de la oposición a fines de 2019 por denuncias de corrupción, mientras Guaidó se reeligió en una sesión en otro edificio porque militares antimotines bloquearon el ingreso de los opositores.

 

En medio de esa disputa, Cabello convocó para el martes y toda la semana sesiones para discutir proyectos de ley propuestos por Maduro.

 

La Constituyente dirigida por Cabello y la Asamblea opositora encontraron en años anteriores una forma de cohabitar, sesionando de forma alternada. Ahora, el oficialismo sólo reconoce a Parra como jefe del Parlamento y niega el acceso a Guaidó y los diputados opositores.

 

Desde temprano los accesos al palacio legislativo fueron bloqueados por las fuerzas de seguridad y una caravana de tres camionetas con una delegación de parlamentarios opositores intentó llegar, pero se desvió debido a que grupos cercanos al oficialismo los atacaron con piedras, palos y al menos tres disparos, según denuncias de dos legisladores de la oposición.

 

Tras el incidente los opositores se congregaron en un anfiteatro al este de Caracas y citaron normas del reglamento interno de la Asamblea que permiten sesionar fuera del palacio.

 

CS