Permanecer demasiado tiempo con el árbol de Navidad dentro de casa podría ocasionar rinitis alérgica debido al moho, polen y polvo que en él se esconden, afirmó el especialista en medicina, Víctor Mundo.
“Cuando la persona es sensible a dichas sustancias y las inhala, su cuerpo las identifica como dañinas y sobrerreacciona atacándolas de manera desproporcionada. Entonces, la mucosa nasal se inflama; hay secreción, picor y obstrucción nasal; estornudos; lagrimeo; además de un decaimiento general”.
En un comunicado, indicó que en los primeros días en los que el árbol está en casa es posible que la persona no experimente ningún problema; sin embargo, conforme el tiempo transcurre los síntomas aparecen o se vuelven cada vez más intensos.
En el caso de los árboles naturales, los síntomas pueden aparecer debido a que contienen esporas de moho que aumentan con los días. Además, a las ramas del pino se adhiere polen de otras plantas, el cual se libera en mayor cantidad conforme éste se seca.
A esto se suma que tanto los árboles naturales como los sintéticos acumulan polvo todos los días. Así que entre más tiempo permanezca el árbol en casa, mayor será el problema, destacó.
“El primer paso es identificar si este adorno navideño es la causa de tu problema. Si los síntomas comienzan cuando estás en la habitación donde se encuentra y desaparecen cuando te alejas, es altamente probable que se trate de una alergia relacionada”, dijo el especialista.
Para reducir la presencia de alérgenos, recomendó sacudir el árbol antes de meterlo a casa para remover las agujas de pino muertas, así como algo de polvo y moho; además de rociarlo con agua y dejarlo secar durante la noche.
Una vez instalado, dijo, se debe limpiar el polvo con un paño húmedo, aspirar una vez por semana y utilizar lustre para muebles.
Finalmente señaló que el momento ideal para retirar el árbol es cuando empiece a secarse, lo cual suele ocurrir la segunda semana de que se introdujo a casa. “Si el árbol ya lleva varias semanas dentro del hogar, es momento de decirle adiós, junto con los alérgenos que lo acompañan”.
gac