Tiene fama de duro.
De buen abogado y mucha influencia en el Gobierno de Donald Trump.
Pero también es buen diplomático y muy respetado en México, con cuyo Gobierno se coordina para muchas acciones.
Ahora lo más trascendente es el control de migrantes hacia Estados Unidos, aunque quizá no somos tan buenos policías suyos porque otra vez el mandatario estadounidense ha sacado el mazo del muro fronterizo.
En en ese marco llega a la capital mexicana hoy el procurador William P. Barr para sostener una segunda ronda de conversiones en poco tiempo.
Oficialmente no hay nada objetable.
Dice el discurso oficial norteño: viaja para continuar fortaleciendo la cooperación bilateral en procuración de justicia.
Las autoridades anfitrionas, por su parte, insisten en esa coordinación sobre todo para vigilar la frontera e, interés nacional, hablar sobre el flujo de armas del norte a sur.
Hay hasta un Grupo de Alto Nivel de Seguridad bajo cuya invocación se reúnen periódicamente funcionarios de allá y de acá.
Hasta aquí lo oficial.
PACTO QUID PRO QUO
Lo no oficial es más interesante.
El 11 de diciembre informamos aquí, en la columna La salida de Evo, el T-MEC y la detención de García Luna, sobre acciones paralelas y coincidentes a la visita deWilliam P. Barr.
Fuentes del propio Gobierno avalan aquella versión.
Donald Trump amenazaba con declarar terroristas a los jefes de los cárteles mexicanos, asunto grave porque sus leyes le permitirían ingresar, sin permiso alguno, a territorio mexicano.
Actuarían como autoridades de plena jurisdicción.
Se habló de eso y México insistió en impedir ese paso.
Ahí vino la objeción del Tío Sam.
Estados Unidos tiene sus propios adversarios y son quienes de manera directa e indirecta, con acción u omisión, envenenan a su juventud.
Uno de esos enemigos es, era y será el ex presidente de Bolivia Evo Morales, porque se le liga con cárteles sudamericanos de la cocaína.
Sin expresión directa, vino el quid pro quo y las dos partes cumplieron:
Ese mismo día se dio la orden a la cancillería de Marcelo Ebrard sacar a Evo Morales de México, se tramitó el viaje a Cuba y todo lo demás es historia.
Ah, y los cárteles mexicanos no son, todavía, terroristas según la decisión unilateral de Estados Unidos.
TRIUNFO DE MONREAL
Puras penas con el gobernante Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
No tiene un padrón, no tiene democracia, no puede renovar su dirigencia, sus principales cuadros directivos están peleados…
Y en pelea a muerte entre Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján, como bien ha documentado Alejandro Rojas Díaz-Durán ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Por eso se ha llevado varios triunfos judiciales.
Como el logrado ayer por Ricardo Monreal, a quien dicho órgano jurisdiccional le dio la razón por no expulsar a Lilly Téllez de la bancada senatorial.
Fue una decisión unánime de los magistrados liderados por Felipe Fuentes Barrera, la cual deja sin efecto la decisión de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Gabriela Rodríguez.
El fondo de la sentencia es claro: las bancadas no son extensión de los partidos políticos, aunque en todos los casos dependan de sus dirigentes… o del Presidente de la República.