La explosión de hace un año en el poliducto Tuxpan-Poza Rica-Tula por una toma clandestina ubicada en Tlahuelilpan, Hidalgo, dejó no sólo 137 muertos, -68 en hospitales y 69 en el sitio- también quedaron en la orfandad 194 niños.
El titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva en Hidalgo, Lamán Carranza, destacó que los infantes ya se encuentran en un núcleo familiar, ya que fue una instrucción que el gobernador, Omar Fayad, hizo al Sistema de Desarrollo Integral de la Familia y a la secretaría de Desarrollo Social estatal.
“En orfandad de padre quedaron 175, es decir 69 niñas, 70 niños y 36 adolescentes, mientras que de orfandad de madre fueron 16, de los cuales tres eran niñas, nueve niños y cuatro adolescentes, y orfandad de ambos quedaron tres, de ellos, una niña, y dos niños”, refirió.
El funcionario destacó que esta tragedia es un recordatorio de que el Estado requiere estar preparado y que la ciudadanía debe hacer conciencia que la tentación de conseguir un litro de gasolina nos puede costar la vida. “Tenemos una reflexión muy seria que desafortunadamente ocurrió y nos recuerda que ningún litro de gasolina vale el valor de una vida”, dijo.
Respecto a los apoyos que reciben las familias afectadas, dijo que se cuidó “no establecer un sistema de intermediación, deben ser directos a quienes más lo necesitan y es una forma de desburocratizar”.
Agregó que han efectuado dos mil 925 ayudas sociales, de éstas, 71 han sido en orientación a desaparecidos, 465 personas trasladadas a hospitales en búsqueda de sus familiares, así como atenciones psicológicas, de las cuales 357 fueron a niños en situación de orfandad, así como a sus redes familiares, entre otras.
“No es suficiente el apoyo por supuesto, se deben gestionar más cosas aún, hay un soporte tanto de la federación como del gobierno del estado de Hidalgo y de la propia ciudadanía que se volcó a mostrar su solidaridad”, detalló.
fahl