Canberra.- El Gobierno de Australia anunció un primer paquete de ayuda, de 76 millones de dólares australianos (52.3 millones estadounidenses), para la recuperación de la industria del turismo que “se enfrenta con el mayor desafío” a causa de los incendios forestales.
El primer ministro, Scott Morrison, dijo que el turismo australiano enfrenta “su mayor desafío en la historia”, ya que uno de cada trece empleos en Australia depende de este sector, por lo que la inversión es una inyección urgente para ayudar a los hoteles, restaurantes y cafeterías, así como a operadores turísticos a recuperarse, destacó la cadena australiana ABC.
Agregó que el Consejo de la Industria del Turismo de Australia estimó que la crisis de los incendios forestales ha costado a la industria nacional “cientos de millones” de dólares y ha dañado la marca de Australia a nivel internacional, con la percepción de que “todo el país está en llamas”.
La ayuda se canalizará en primer lugar a las áreas devastadas por el fuego, como la isla Canguro y la región de Adelaide Hills, las Montañas Azules, la costa de Nueva Gales del Sur y la zona oriental de Gippsland en Victoria.
El número de turistas internacionales que reservan vacaciones en Australia ya disminuyó entre un 10 y un 20 por ciento debido a los incendios forestales, según el Consejo nacional de Exportación de Turismo (ATEC) que estima en al menos cuatro mil 500 millones de dólares australianos las pérdidas hacia finales del año.
Otro punto a destacar es que las autoridades del estado australiano de Nueva Gales del Sur anunciaron que impondrán multas de hasta 11 mil dólares australianos (siete mil 500 dólares estadounidenses) para quienes tiren cigarrillos encendidos desde vehículos en marcha, medida que busca prevenir nuevas tragedias en el país.
Prevé además la pérdida de 10 puntos de la licencia de conducir en el caso de que se haya declarado la emergencia por incendios.
La medida se presenta luego de que desde septiembre pasado, los incendios forestales en los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria provocaron la muerte de al menos 29 personas y más de mil millones de animales, además de quemar 10 millones de hectáreas y alrededor de tres mil viviendas.
Australia atravesó condiciones climáticas extremas, con ocasiones que superaron los 40 grados centígrados y vientos de hasta 90 kilómetros por hora en muchas áreas rurales.
En tanto, las lluvias torrenciales de los últimos días apagaron los incendios en la región oriental de Australia, pero provocaron inundaciones que ameritaron la movilización de los cuerpos de rescate.
fahl