Cientos de centroamericanos permanecen este martes en la frontera con Guatemala, aguardando una oportunidad para cruzar a México y seguir su camino hacia Estados Unidos, pese a que el gobierno mexicano advirtió que frenará cualquier nuevo intento de entrar al país masivamente por la fuerza.

 

El lunes, parte de una multitudinaria caravana de migrantes que salió de Honduras la semana pasada cruzó la frontera por el río Suchiate, enfrentándose con piedras a un contingente de la militarizada Guardia Nacional mexicana, que trató de frenar su paso.

 

Familias enteras, incluso con niños pequeños, aguardaban en las márgenes del Suchiate, en el mismo lugar en donde pasaron la noche y bajo la mirada vigilante de los agentes mexicanos desde el otro lado del río.

 

“Uno sabe a lo que se atiene cuando viene, sabe los riesgos que va a tomar (pero) tenemos que echarle ganas y darle para adelante”, dijo un migrante esbozando apenas una sonrisa y llevando a su pequeña hija en brazos.

 

El joven visiblemente cansado y que prefirió el anonimato, dijo que conocía los peligros que encontraría al llegar a la frontera con México, pero tenía que correr el riesgo pues no tiene opciones en su país.

 

Tras el enfrentamiento, en el que había niños, el gobierno mexicano envió el martes de regreso a su país a 109 hondureños en un vuelo con destino a San Pedro Sula, aunque no precisó si se trababa de algunos de los 1,000 migrantes que contabilizó traspasaron la frontera el lunes.

 

A esos hondureños se suman los 144 que fueron regresados vía terrestre, de acuerdo a datos del canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien fijó por la mañana la postura de su gobierno de no permitir la entrada irregular de migrantes.

 

“No sabemos si vaya a arribar otro contingente y si así fuere tendremos el mismo tipo de respuesta (…) el mismo tipo de posición”, dijo Ebrard en una breve conferencia de prensa.

 

El canciller dijo que permanecían en la frontera unas 600 personas. Testigos de Reuters contabilizaron alrededor de 1,500.

 

Migrantes centroamericanos dijeron que esperarían posiblemente hasta el jueves para determinar cómo van a avanzar. Ese día esperan que más personas se sumen a la caravana.

 

“Mírame tierra linda de México”, gritó uno de ellos, mientras era observado a distancia por agentes de la Guardia Nacional.

 

Activistas de derechos humanos han criticado que México haya reforzado en el último año sus medidas para impedir la migración indocumentada, después que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo presionara para frenar los constantes flujos de personas deseosas de alcanzar territorio estadounidense.

 

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el martes que el operativo realizado en la frontera con Guatemala para contener la entrada de migrantes al país fue para protegerlos de grupos criminales.

 

“Si no los cuidamos, si no sabemos quiénes son, si no tenemos un registro, pasan y llegan al norte y los atrapan las bandas de delincuentes y los agreden”, dijo.

 

 

CS