Washington.- En una nueva jornada de impeachment en el Senado estadounidense, los demócratas tuvieron una segunda oportunidad para exponer sus argumentos sobre por qué el presidente Donald Trump debe ser destituido por el cargo de abuso de autoridad. Los republicanos mantienen una postura firme de respaldo al mandatario.
El líder demócrata, Chuck Schumer, trajo nuevamente a discusión la necesidad de llevar testigos y más documentos al pleno de la cámara alta, después de que el senador de la minoría encargado de liderar el juicio político contra el presidente de EU, Adam Schiff, presentará un sinfín de argumentos.
La sesión de este jueves permitió a los demócratas centrar la discusión en el peso político de la llamada desde la Casa Blanca a Ucrania, en la que Trump presuntamente presionó al mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, para espiar al ex vicepresidente Joe Biden y a su hijo.
Según los demócratas, la conducta del presidente de EU fue un claro ejemplo de abuso de autoridad. Ante ello, los senadores republicanos James Lankford y Thom Tillis salieron en defensa de Trump.
Cuando los demócratas describieron los episodios que desembocaron en este juicio político, Lankford y Tillis destacaron que el presidente siempre actuó de manera apropiada, incluso, después de haber despedido a la embajadora de Estados Unidos en Ucrania, Marie Yovanovitch.
Los argumentos presentados no han sido suficientes para convencer a los republicanos quienes se han mantenido escépticos e, incluso, han abandonado el recinto por momentos para dar entrevistas, atender llamadas telefónicas o tomar recesos fuera de los aprobados en el pleno, resaltó The Guardian.
Entre los argumentos repetidos por los fiscales de los demócratas es el contenido de la llamada realizada a Zelenski, la cual, según la defensa de Trump, tuvo la finalidad de definir estrategias para combatir la corrupción en Ucrania, sin embargo, el partido minoritario insiste en que las transcripciones de la conversación no reflejan en ningún momento tal justificación.
De esta forma, los demócratas intentan convencer a los republicanos de que el presunto espionaje a Biden tenía fines electorales y no se relaciona con asuntos de seguridad nacional, como han argumentado los abogados y expertos que se han reunido con Trump en la Casa Blanca antes de cada sesión.
Los senadores también han llevado a discusión la posibilidad de modificar el proceso de juicio político, de tal manera que la sesión del sábado dure menos tiempo para que cada representante pueda viajar a sus respectivos estados durante el fin de semana, este punto permanece pendiente.
El tercer día del juicio contra Donald Trump dio voz a los fiscales demócratas para intentar conseguir el voto de algunos legisladores republicanos de tal forma que la destitución del presidente se convierta en una realidad. La bancada tendrá mañana su última oportunidad para cambiar la opinión de la mayoría sobre la existencia de un delito.
El sábado comenzaría el turno de la defensa de Trump para refutar los argumentos vertidos por los miembros de la Cámara de Representantes en el Senado. Este grupo de apoyo del dirigente estadounidense también contará con tres días para debatir y responder.
fahl