Los resultados presentados en la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del cuarto trimestre 2019, elaborada por el INEGI, pone a la luz una realidad a la que la mayoría de los mexicanos nos enfrentamos y afecta nuestra calidad de vida.

 

Aun cuando las cifras respecto número de carpetas de investigación en la otrora Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México nos muestra una disminución generalizada, (que en lo personal no descartaré que esto sea también consecuencia de la reclasificación de los delitos), particularmente en la Ciudad de México los ciudadanos aún no logramos sentir como parte de nuestra realidad cotidiana esta disminución y por el contrario prácticamente el 60% de la población de la capital de 18 años o más se sintió insegura en nuestra ciudad.

 

Para muestra un botón, hablemos de tres alcaldías con diferentes realidades en la ciudad:

 

En la Alcaldia de Miguel Hidalgo la población de 18 años y más que cambió su hábito de caminar de noche en los alrededores de su vivienda por temor a ser víctima de la delincuencia fue del 65%, mientras que solo manifestó este cambio el 53% en Magdalena Contreras y 56% en Iztacalco.

 

En este orden de ideas, encontramos la misma respuesta en cambios de hábito respecto a permitir que menores salieran de su vivienda por temor a ser víctima de la delincuencia, donde la tendencia es similar prácticamente el 65% de la población en Miguel Hidalgo realizó ajustes en su estilo de vida tratando de exponer menos a su familia, 68% en Magdalena Contreras o 67% en Iztacalco.

 

¿Cómo puede la autoridad generar acciones para ayudar al ciudadano en mejorar su percepción de seguridad?

 

Un primer paso es el incremento de acciones de proximidad social que sean visibles y permanentes para que se traduzcan en acciones al interior de las familias y contribuyan a modificar la percepción en materia de seguridad.

 

En esta misma encuesta se encuentran datos más preocupantes dado a que no solo se trata de lo que el capitalino siente, sino de lo que ve y el contraste con el dicho de la autoridad, como lo es por ejemplo el consumo de alcohol.

 

Este indicador si es controlable y objeto de las facultades tanto del gobierno de la ciudad como de cada una de las alcaldías, evitando la venta y consumó en vía pública de bebidas alcohólicas.
Llama la atención que prácticamente el 70% de los vecinos de Miguel Hidalgo presenció el consumo de alcohol en lugares cercanos a su domicilio, mientras que Magdalena Contreras e Iztacalco llegaron a superar el 80 por ciento.

 

La seguridad personal se ha convertido en el factor clave para determinar la calidad de vida en las ciudades, ¿qué esperan nuestras autoridades para tomar cartas en el asunto de manera contundente y que volvamos a ver a las familias retomar las calles sin miedo?

 

Aprovechemos la información que nos arroja este tipo de encuestas para tomar decisiones enfocadas siempre a vivir mejor y en paz.