Como está la situación, el presidente López Obrador deberá cambiar su slogan a “palmadas, no mentadas’’.
Y es que un grupo de sus feligreses, movidas por manos que todos saben de quiénes son pero dicen desconocer, recibieron con insultos y agresiones físicas a la marcha convocada por Javier Sicilia y Julián LeBaron, a su ingreso al Zócalo capitalino.
Como si no hubiera sido suficiente del desdén mostrado por el propio jefe del Ejecutivo –“no los recibo para no hacer show’’, sintetizó–, los marchistas que pedían paz y seguridad fueron calificados como traidores y golpistas por un grupúsculo que gozó de todas las facilidades para insultar y amedrentar.
¿Cuál es la posición oficial del Gobierno que, como oposición, alentaba este tipo de manifestaciones y pedía que se respetaran y atendieran sus demandas?
Ayer pareció que es más importante no incomodar a López Obrador con la exigencia justa de mayor seguridad y paz, que la búsqueda de los desaparecidos y la tranquilidad social.
Y, como es común, las descalificaciones de la marcha y los marchistas fue reforzada por una campaña en redes sociales que lograron colocar dos temas como tendencia en contra del movimiento y sus líderes.
¿Qué pasó con los líderes convertidos en funcionarios que hace no mucho gritaban y clamaban codo a codo por justicia junto a los que ahora llaman traidores y golpeadores?
¿A dónde se fue la convicción?
A los marchistas le queda el consuelo de el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, calificó como “incorrectas’’ las manifestaciones de rechazo, agresiones, insultos y lo que quiera agregar, a los marchistas.
Con esa ayuda…
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¡Llegó la rebelión a Morena!
En contra de lo dictado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y de la (dizque) dirigencia nacional, Bertha Luján se aventó el trompo de realizar el VI Congreso Nacional Extraordinario en el que Yeidckol Polevnsky fue removida de la presidencia del partido en el poder.
En su lugar fue votado como presidente provisional el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto, que deberá solicitar licencia para separarse del cargo.
Ramírez Cuéllar tendrá que convocar a la elección del presidente de Morena en un plazo de 4 meses.
Desde luego que esta historia esté lejos de terminar pues es un hecho que los seguidores de Polevnsky promoverán miles de quejas ante el Tribunal alegando la invalidez del evento.
Pero lo que ha quedado claro ayer es que Morena va para PRD en patines.
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Quien es aún administrador de la aduana de Progreso, Yucatán, Guillermo César Calderón León, ofreció una síntesis de los resultados obtenidos por la aduana el año pasado con las que busca desestimar acusaciones de corrupción en su contra.
Las acusaciones, de acuerdo con el funcionario que estuvo el fin de semana en la capital del país, son originadas por un grupo de ex trabajadores que él despidió por presuntos actos de corrupción.
Calderón informó que el año pasado la aduana aumentó su recaudación total en 42% respecto de 2018, para sumar 6 mil 692 millones de pesos.
La recaudación de IVA y IEPS aumentó en 18% y 110% en tanto que las operaciones y pedimentos aumentaron 11% y 8% respectivamente.
Calderón dijo que está a la disposición de las autoridades hacendarias para resolver esas acusaciones, las cuales, aseguró, son falsas.
A ver.
LEG