Del 21 al 24 de enero, tuvo lugar en Davos, Suiza la edición número 50 del Foro Económico Mundial. El evento de dicha fundación reúne anualmente a los principales líderes de las esferas política, empresarial e intelectual del mundo, con el objetivo de analizar los principales problemas que está enfrentando el planeta en materia política, económica, social y ambiental.
Como es habitual, los diversos foros, paneles de discusión y eventos trataron temas que comprendieron desde las tensiones geopolíticas, la situación actual en términos de comercio internacional y cooperación entre los diversos sectores productivos, políticos y sociales del planeta, así como también la evolución de la actividad global frente a la creciente participación de la tecnología de la información, inteligencia artificial y ciencia de datos.
Sin embargo, en ésta edición el principal enfoque lo encontramos en los retos cada vez más complejos que el mundo enfrenta en materia ambiental. Particularmente, en el cambio climático que se ha mostrado cada vez más agresivo. Inclusive, en el foro se dio a conocer el lanzamiento de la campaña ampliamente aceptada por líderes y mandatarios de la plantación de “un billón de árboles”. Por su parte, las principales compañías petroleras se reunieron a puerta cerrada con la finalidad de definir los nuevos objetivos de carbono para garantizar la sostenibilidad ambiental del planeta.
En el plano financiero, los principales directores ejecutivos de los bancos más grandes de Wall Street también mostraron su postura al respecto. En general, señalaron que si bien cada vez más están enfocando su apoyo en el financiamiento de capitales para empresas que son más responsables ambientalmente, tampoco pueden interrumpir su relación con clientes que son más intensivos en energías que contaminan más como el carbón, por un tema de crecimiento económico mundial. Por lo tanto, los líderes financieros llamaron a la coordinación y trabajo conjunto entre sus clientes (grandes multinacionales, corporativos y compañías) y los participantes de la industria financiera a nivel global.
Finalmente, no pudo pasar desapercibido ante la prensa internacional cuál era el grado de preocupación de los principales mandatarios del planeta en relación con la propagación del coronavirus que surgió en China hace unos meses. Llamó la atención que se esté relacionando el surgimiento y la propagación de nuevos virus como consecuencia del calentamiento global, de manera que esta coyuntura mundial para la salud de la humanidad está estrechamente correlacionado con la agenda ambiental.
Como resultado, por primera vez la encuesta de perspectivas a diez años que se realiza anualmente, muestra que los principales 5 riesgos para el mundo en 2020 son – en su totalidad – de carácter ambiental. Los cinco riesgos resultantes son los siguientes:
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Que los eventos climáticos extremos produzcan daños más severos a la infraestructura y vidas humanas
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Fallas en la mitigación del cambio climático y del grado de adaptabilidad de gobiernos y negocios
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Desastres ambientales originados por el ser humano, incluidos los crímenes ambientales (e.g. derrames petroleros y/o contaminación radioactiva).
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Pérdidas mayores de la biodiversidad y el colapso de ecosistemas con consecuencias irreversibles para el medio ambiente
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Desastres naturales masivos como terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y tormentas geomagnéticas
Datos exprés de la economía mexicana:
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La inflación repuntó en la primera quincena de enero, a 3.2% anual desde 3.0% anual en la segunda quincena de diciembre
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La actividad económica retrocedió 0.8% anual en noviembre, prácticamente igual de débil que en octubre (-0.7% anual)
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La producción industrial volvió a caerse, ubicándose su tasa de variación anual en -1.7% en noviembre ante el desplome persistente de la construcción
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Los analistas del sector privado prevén un crecimiento de 0.0% de la economía mexicana en 2019 y prevén mejoría en 2020, a 1.0%
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