El conocimiento y manejo de los medios del Presidente de la República es inédito.
No sólo no tiene antecedente en la figura presidencial, que acostumbraba pagar a cambio de alabanzas, sino que opera en favor de sí misma y hace de las críticas a su actividad el mejor insumo para mantener su popularidad. Conoce la raíz del sentimiento de rencor y resentimiento de los medios y les arroja su comida para que sacien su hambre de cuestionamiento, para que, a final de cuentas los espacios críticos o no, estén ocupados por la figura presidencial en lo particular y por la Cuarta Transformación en general.
Algunos periodistas hacen de sus columnas trincheras sistemáticas contra el actual Gobierno sin siquiera darse cuenta de que son manipulados desde la tribuna más alta del país en materia informativa que es la Mañanera.
Es ahí donde algunos periodistas tienen su campo de cacería para lanzarse como buitres a los desperdicios que intentan convertir en críticas.
Hace unas horas en el tema de la rifa del avión, a los pocos minutos de que el Presidente habló sobre las posibles condiciones de dicho movimiento, la jauría se soltó con todo y rabia para hablar de lo que evidentemente desconoce.
El presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el diseño del “cachito” de Lotería para la rifa del avión presidencial, la cual se llevaría a cabo si no se presenta una oferta para la compra de este.
Los recursos recaudados, recordó, sean por la venta o la rifa, serán destinados al sector salud, en la compra de equipos para hospitales. Aclaró que en el caso de la rifa solo falta que las reglas queden bien establecidas, ello para que el ganador “no se desgracie” sino que le represente un bien.
Subrayó que de no haber oferta de compra, la rifa por medio de la Lotería Nacional sería.
De inmediato la desinformación que se realiza de manera voluntaria comenzó a invadir los medios, al decir que la Lotería Nacional daría el número ganador, y señalaron que esos no son los fines que le dan origen a dicha institución.
Inmediatamente se soltaron sobre el tema de los impuestos, como si el problema de la adquisición de un avión innecesario, con el dinero de los mexicanos, no fuera suficiente tema. Para atajar dichas especulaciones, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció que si el ganador de la rifa vive en la capital del país, los impuestos serían condonados.
El hecho no puede reducirse a los impuestos, o la calidad de Asistencia Pública de la Lotería Nacional, que nunca se sale de sus atribuciones, sino que, esos mismos periodistas que ahora se preguntan por la manera en que se pagarán los impuestos de la aeronave, nunca denunciaron el exceso de Felipe Calderón para comprarlo, ni de Peña Nieto, para empezar a usarlo. Guardaron un silencio cómplice que los condena desde ese momento a padecer una irremediable falta de ética.
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