Mientras la Unión Europea despide al Reino Unido con melancolía y tristeza, en la otra cara de la moneda, el primer ministro británico, Boris Johnson y los euroescépticos festejan con alegría, luces y banquetes el abandono de la comunidad que les dio cabida durante 47 años.
Los máximos representes de la UE despidieron a los ingleses augurando una alianza “ambiciosa”, pero basado en un “nuevo amanecer” de unidad y liderazgo en la esfera global del bloque.
“Ningún país solo puede contener la ola del cambio climático, encontrar las soluciones al futuro digital o tener una voz fuerte en la cada vez más ruidosa cacofonía en el mundo. Pero unida, la Unión Europea puede”.
El miércoles, el Parlamento Europeo firmó el acuerdo de salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), mientras los miembros entonaron la canción popular escocesa de despedida titulada “Auld Lang Syne”, y muchos de ellos tenían sobre sus hombros bufandas con la bandera británica.
Hubo lágrimas entre los representantes de Reino Unido que no estaban de acuerdo con el Brexit.
Por su parte, Johnson expresa “este es el momento en que amanece y se levanta el telón de un nuevo acto […]es un momento de verdadera renovación y cambio nacional”,
El festejo será con vino espumoso inglés, canapés que incluirán un pan dulce salado cubierto con queso azul Shropshire, filete de cordero, un arado de queso cheddar y pepinillo.
Al mismo tiempo se proyectará un reloj con una cuenta regresiva en los edificios de Downing Street, para marcar el momento exacto en que ocurra la salida. Después de 47 años el matrimonio culmina con un controvertido divorció.
El 1 de enero de 1973 el Reino Unido se sumó al bloque continental, actualmente conformado por 28 países, pese a la reticencia de abandonar su moneda y adoptar la de la comunidad, ente otros peros, los ingleses decidieron ingresar y adaptarse a las nuevas reglas comunitarias.
Para los británicos, la pertenencia a la Unión Europea implicaba la aceptación de las “cuatro libertades fundamentales”: la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales, puntos en los que no estaban del todo de acuerdo.
¿Cómo llegamos hasta aquí?
Luego de más de 40 años de matrimonio, el 23 de junio de 2016 los británicos decidieron abandonar la UE y poner fin a la relación comunitaria.
La celebración de un referendo para decidir si Reino Unido debía continuar o no en la UE fue una de las promesas de campaña con las que el entonces primer ministro, David Cameron, logró la reelección en 2015.
Y en la votación, que tuvo lugar el 23 de junio de 2016, un 48.1 por ciento de los británicos votó a favor de quedarse en el bloque, pero un 51.8 por ciento se pronunció a favor de abandonar la UE.
La decisión de salir de la Unión Europea causó un verdadero terremoto político en Reino Unido, forzando la renuncia del primer ministro David Cameron (2010-2016) ante su fracaso para convencer a la población de permanecer en la UE.
Tras su renuncia el país pasó los últimos dos años y medio tratando de ponerse de acuerdo sobre el tipo de relación que quiere mantener con la Unión Europea, al tiempo que el gobierno de la primera ministra, Theresa May, negociaba los términos de la separación.
Tras varios intentos fallidos para la aprobación del acuerdo, y la desconfianza de los miembros de su partido, May se vio obligada a presentar su renuncia, que llevó al eventual nombramiento de Boris Johnson como líder del Partido Conservador y primer ministro de Reino Unido.
Theresa May fue la primera ministra del Reino Unido desde el 13 de julio de 2016 hasta el 24 de julio de 2019. Su sucesor inmediatamente renegoció el acuerdo de salida, pero decidió no someterlo al Parlamento cuando éste rechazó una moción que trataba de limitar el tiempo que se podía debatir.
El principal argumento de la campaña a favor de la salida fue que con el Brexit los británicos iban a “recuperar el control” sobre sus propios asuntos, en particular sobre sus fronteras, lo que permitiría un mejor control de la migración.
En principio, estaba estipulado que Reino Unido abandonaría la Unión Europea el 29 de marzo de 2019, plazo que fue extendido varias veces bajo el acuerdo del gobierno británico y de los otros 27 miembros de la UE. La última extensión fijada fue el 31 de enero de este 2020.
Boris Johnson prometió completar el proceso a más tardar en esa fecha, lo que se confirmó con una aplastante victoria en las elecciones del 12 de diciembre de 2019.
El Partido Conservador logró 363 escaños, 37 por encima de la mayoría absoluta, frente a los 203 del Partido Laborista, el gran perdedor de la contienda electoral. Y con esto, los conservadores y Johnson vieron la luz al final del tunel del Brexit.
“Vamos a completar el Brexit el 31 de enero, sin peros ni excusas”, aseguró en su discurso de victoria. En tanto, los críticos insistieron en que el Brexit solo se completaría una vez que Reino Unido negociará los términos de su nueva relación con la Unión Europea.
Johnson asegura que puede firmar un tratado de libre comercio con Europa antes de que termine 2020, pero otros consideran que se necesitará mucho más tiempo.
Los ciudadanos del Reino Unido dieron su respaldo a Johnson para que pudiera maniobrar con amplio margen, luego de que los anteriores primeros ministros (David Cameron y Theresa May) no contaron con el apoyo necesario del Parlamento para negociar con Bruselas el Brexit.
Al fin el pasado 9 de enero Johnson logró que la Cámara de los Comunes aporobará el histórico dictamen con 330 votos a favor y 231 en contra, con este hecho quedó descartada una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea sin lograr un acuerdo, que era una de las posibilidades.
El 22 de enero La Cámara de los Lores dio el visto bueno al Brexit, un día después la reina Isabel II aprobó la salida del Reino Unido de la comunidad europea, lo que significa que este 31 de enero se da por terminada finalmente la complicada relación entre ambas partes, el divorcio al fin llegó.
EFVE