El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, dijo hoy que pondrá fin a las relaciones que tiene con Estados Unidos e Israel, “incluidas las relaciones de seguridad. Ustedes, los israelíes, deben asumir la responsabilidad como potencia ocupante”.
Esto como reacción al documento presentado el martes pasado por el presidente estadounidense, Donald Trump, donde considera a Jerusalén como capital de Israel y a su región oriental como futura capital del Estado Palestino, además de reconocer la soberanía israelí sobre asentamientos judíos en suelo palestino de Cisjordania.
“No pasaré a la historia como alguien que vendió Jerusalén […] los estadounidenses llamaron y dijeron que Trump quería enviarme el trato, así que lo leí y me negué. Intentaron conectarme con él por teléfono varias veces y me negué”, dijo Abbas, de acuerdo con la agencia palestina Maan News.
Acusó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por respaldar la iniciativa de Trump, de ser un obstáculo para la paz israelí-palestina y dijo que queda claro, “Netanyahu no quiere la paz y no cree en la paz”.
El presidente de la Autoridad Palestina rechazó contundentemente aceptar a Washington “como el único mediador en las negociaciones con Israel”, y aclaró, “no queremos que enfrente a Estados Unidos, sino que adopte la posición palestina”.
En un discurso pronunciado en una reunión urgente en la Liga Árabe en la capital egipcia, para anunciar la situación palestina con respecto al acuerdo, Abbas argumentó que Washington es el principal patrocinador de la ‘Declaración Balfour’ y se abstuvo a la Resolución 2334 de las Naciones Unidas.
La Declaración Balfour de 1917, fue una manifestación formal del gobierno británico durante la Primera Guerra Mundial para anunciar su apoyo al establecimiento de un ‘hogar nacional’ para el pueblo judío en la región de Palestina.
En suma, la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, adoptada en 2016, afirma que los asentamientos israelíes en los territorios palestinos ocupados desde 1967, “no tienen validez legal” y los califica como una “flagrante violación” del derecho internacional. Esta resolución tuvo 14 votos a favor y una abstención de Estados Unidos.
gac