Mientras un grupo de ciudadanos debaten e insultan en las redes sociales, y reenvían en sus grupos de WhatsApp los textos en contra del presidente López Obrador, y a favor de la Cuarta Transformación de la vida pública del país, hay un común denominador en casi toda la República: los legisladores locales y federales, alcaldes y gobernadores tiemblan por su futuro político.

Con la renovación de la Cámara baja, y 15 gubernaturas (proceso electoral 2021, que iniciará en septiembre próximo) se aproxima la votación más grande y compleja de la historia del país.

Más allá de la complicación técnica que significan la organización de los comicios para el INE, se pronostica que los actores se dirán de todo, habrá golpes bajos, y hasta violencia política. Morena quiere repetir la mayoría en San Lázaro, y lo que queda de la oposición pretende arrebatársela. Y obviamente el Movimiento de Regeneración Nacional quiere, de una vez por todas, manejar la Conago.

En Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas se escogerán gobernadores, diputados al congreso local y presidentes municipales.

Está en “veremos” si también hay elección para elegir un nuevo primer mandatario en Baja California; eso depende del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, después de que el ex Congreso (de mayoría panista, le regalará años para gobernar a Jaime Bonilla).

En la Ciudad de México, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Oaxaca; Puebla, Tabasco, Veracruz, y Yucatán solamente habrá elecciones para renovar congresos locales y primeros ediles.

Nada más van por la renovación de alcaldías Coahuila, Quinta Roo y Tamaulipas. En Aguascalientes, Durango e Hidalgo sólo irán a las urnas para renovar diputados locales.

Los que desean participar y aparecer en las boletas hacen alianzas, prometen posiciones, y entablan acuerdos. Algunos podrán cambiar el tablero político para esa fecha histórica de las elecciones de medio término, y otros, sencillamente están derrotados.

Uno de los que seguramente perderá es el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo. Aquel que fue fundador del PRD, presidente municipal, diputado local y federal y senador de la República sabe perfectamente que entregará el poder a un opositor.

¿Quien recibirá las llaves del despacho que hoy ocupa Aureoles? Cristobal Arias Solís. El oriundo de Churumuco, que ha sido tres veces senador y dos veces diputado ya prácticamente es el hombre fuerte de Michoacán.

El fracaso del Gobierno del perredista/tricolor, sobretodo en materia de combate a la inseguridad y a la corrupción, provoca que crezca en las todas las encuestas el presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara alta rumbo al 2021.

Pero insistimos, ya se sabe en todos lados que Arias será el candidato de Morena a la gubernatura y que arrasará, por eso en los 113 municipios la duda es si Silvano Aureoles terminará en la cárcel.

Algunos aseguran que el muy posible próximo gobernador no seguirá los mismos pasos de Andrés Manuel López Obrador, y el sí logrará llevar tras las rejas a quien se convertiría en su antecesor.

Algunos cercanos a Cristobal Arias, académicos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, no trabajan para la candidatura de su líder político, porque saben que tienen el triunfo en la bolsa, sino en armar un expediente que será presentado por el futuro primer mandatario, el primer día de su mandato, a la Fiscalía General del Estado de Michoacán. Ya lo decíamos, los legisladores locales y federales, alcaldes y gobernadores tiemblan por su futuro político. Sobre todo Aureoles.

*Periodista, editor y radiodifusor

@GustavoRenteria

www.GustavoRenteria.mx