Cuando el estadounidense Sawyer Smith consiguió boletos de un crucero con descuento, invitó a su hermano y a sus abuelos para lo que esperaba fuera una experiencia de lujo, de Japón a Hong Kong ida y vuelta, con buena comida y divertidos paseos a lo largo del camino.
El grupo abordó el 20 de enero y todo iba bien hasta que un pasajero, que había desembarcado en Hong Kong, fue diagnosticado con coronavirus, y su barco, el Diamond Princess, quedó varado en cuarentena frente a Yokohama, el puerto ubicado al sur de Tokio desde donde había partido el tour.
Ahora Sawyer, de 25 años, su hermano y sus abuelos, Clyde y Renee, ambos de 80 años, están pasando su segundo día completo en una cabina que, como dijo Renee a Reuters por teléfono desde el barco, es diminuta.
“No tenemos ventana, somos cuatro y hay una sola silla”, contó.
Unas 3.700 personas en el Diamond Princess enfrentan una cuarentena durante al menos dos semanas en el barco, que tiene 20 casos del virus, mientras continúan los exámenes.
La temperatura de todas las personas a bordo fue tomada por personal sanitario que subió al barco, mientras Clyde y Renee -que habían estado en un autobús con el hombre infectado- tuvieron que someterse a pruebas adicionales. Ambos dieron negativo.
“Si ellos hubieran tenido síntomas hubiéramos estado más preocupados”, dijo Sawyer. El empleo anterior de Clyde, que incluyó una experiencia de trabajo epidemiológico para el estado estadounidense de Georgia, también puede haber contribuido a su tranquilidad.
Clyde y Renee han pasado su tiempo leyendo. La familia también ha visto películas, entre ellas “Crazy Rich Asians” y “Aquaman”.
Sawyer, un fanático del ejercicio físico que fue al gimnasio o a la piscina del hotel día por medio y quedó segundo en un concurso del barco de las “Piernas más sexys”, ahora hace abdominales y dominadas en la habitación, que no le permite demasiado en sus seis metros por nueve.
Personal del barco con máscaras y guantes les sirvió un desayuno con pasteles, granola con yogurt, fruta y huevos duros alrededor de las 10.30 horas del jueves, junto con un menú de lo que podrían elegir para las siguientes comidas. El miércoles casi todos comieron sándwiches.
La cifra de muertos por el virus, que se originó en la ciudad china de Wuhan, trepó en 73 a 563 personas en China, donde hay más de 28.000 infecciones confirmadas.
La familia de Sawyer dijo que apreciaban los esfuerzos que los funcionarios de salud estaban haciendo para contener el virus y que la tripulación del barco los estaba cuidando bien. Sawyer dijo que los oficiales de cruceros estaban negociando para ver si pequeños grupos podían ser llevados a cubierta para tomar aire.
“No estamos realmente en el punto en que nos volvamos locos”, dijo Sawyer. “Si nos mantienen en las habitaciones durante cuatro o cinco días, podría ser un poco diferente”. (Reporte de Elaine Lies; Editado en español por Lucila Sigal)
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