Un día, Carlos Urzúa comía con un colaborador en La Número 1.
Por la mesa pasaron básicamente hacendarios, su área.
Lo avistó un amigo y fue a saludarlo.
Normal.
Éste regresó a la mesa y pidió al mesero llevarle la cuenta del flamante administrador federal.
La noticia vino a continuación.
Carlos Urzúa agradeció el buen gesto de su amigo y se disculpó con un argumento para el cual no estaba preparado el invitador:
-Lo tenemos prohibido.
De nada sirvió no me digas eso, mi hermano, siempre hemos sido amigos, nadie tiene porqué enterarse y tampoco te estoy pidiendo ningún favor.
-Olvídalo, hermano, de verdad no puedo.
Y así, cada quien pagó su consumo, se despidieron con la amistad de siempre y quedaron de verse para una fecha posterior.
EL PRECIO DE UNA CANDIDATURA
Esta historia no es extraña.
Pasa a menudo con los altos funcionarios.
Ellos están en posibilidad de invitar con recursos propios porque no tienen gastos de representación ni cargan los desembolsos al presupuesto de su oficina.
No faltará quien violente esta pequeña norma, pero lo hará por su cuenta y porque está seguro de no crear compromisos.
El problema es que esta austeridad no siempre cierta se ha extendido a otras actividades y en tiempos políticos claves.
Por ejemplo, los considerados desde el sumo poder para participar en las próximas elecciones ya acudieron a la oficina de estrategia de Paseo de la Reforma en Las Lomas y tienen un instructivo preciso.
Lo primero, les recomiendan, es dar imagen de austeridad.
Llevar esa vida normal incluye no usar vehículos de lujo, disminuir sus escoltas a auxiliares indispensables pero discretos y no exhibirse en lugares públicos.
Los aspirantes a ser gobernadores, alcaldes de ciudades importantes o diputados federales en la próxima Legislatura necesitan estar lejos de escándalos.
Si comparecen ante la prensa, deberán hacerlo sin relojes de gran marca para evitar fotografías indiscretas y comentarios de prensa.
Tampoco acudir a eventos internacionales y tal vez por eso ningún secretario de Estado es motivo de comentarios por haber asistido al Super Bowl ganado por Kansas City.
Están advertidos: por ahí pueden perder su ansiada candidatura.
NOCHIXTLÁN: MUERTE Y POLITÉCNICA
1.- Diferencias de tiempo, Gobierno y gobernante.
El 19 de junio de 2016 hubo una represión en el poblado de Nochixtlán, a la salida de Oaxaca a la Ciudad de México, con saldo de once muertos.
Eran tiempos de Gabino Cué.
A aquella bomba explosiva siguieron espacios de negociación y como fruto los habitantes del lugar tienen una flamante universidad.
El gobernador Alejandro Murat lo anunció ayer así:
“Un orgullo cumplirles a las y los oaxaqueños; vengo a la Mixteca para hacer realidad mi compromiso 142. Anunció oficialmente la creación de la Universidad Pedagógica de Nochixtlán”.
Un esfuerzo cristalizado como la denominación de origen del Café Pluma, difundido dos días atrás por el propio Murat.
Y 2.- no todo marcha fluido en el Poder Judicial.
No ha causado mucho agrado, por ejemplo, la forma de operar de la ministra Margarita Ríos Farjat, quien promete revolucionar la Sala Superior con sus resoluciones.
Llega con estilo propio y fuerza mayor.