Con la expectativa de qué se trata de rifa del avión presidencial que no se va a entregar sino sólo el monto al que equivale, los empresarios más importantes de México arribaron a Palacio Nacional para la cena a la que convocó el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Carlos Salazar Lomelí, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, y uno de los aliados del mandatario, optó por no adelantar si comprará o no los 40 mil cachitos del sorteo que el presidente perfila para cada empresario, pues se limitó a responder que llegaba con “hambre”.
Y es que el mandatario adelantó que el menú sería sencillo pero suculento: tamales de chipilín y chocolate de tabasco.
El compadre del Presidente y presidente de Bio Papel, Miguel Rincón, entre risas sólo manifestó que compraría muchos.
En tanto, Carlos Bremer, de Grupo Financiero Value, bromeó con que le cambiaba un cuarto de la casa de Zhenli Ye Gon que le compró en una subasta por los cachitos.
Carlos Slim, de Grupo Carso, llegó acompañado de su hijo Carlos Slim Domit y fue rodeado de medios de comunicación desde la parte media de la calle Corregidora. A la pregunta de si consideraba que era un buena obra, respondió: “Por supuesto”.
María Asunción Aramburuzabala Larregui, Grupo Modelo; Vicente Yañez, Antad; Daniel Servitje, grupo Bimbo; Carlos Peralta, IUSA; José Manuel López Campos, Canaco-Servytur; Alejandro Ramírez, Cinépolis; Olegario Vázquez, Grupo Ángeles; Miguel Alemán Velasco, Interjet; y
Antonio Del Valle, Consejo Mexicano de Negocios, son otros de los que llegaron.