Alejandro Rojas Díaz Durán, aspirante a la dirigencia nacional de Morena, consideró que la mayoría de militantes buscan un partido “tolerante y progresista”, por lo que rechazan la ideología de “izquierda extremista” que representan Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján.
El también senador suplente señala que, por ejemplo, Polevnsky, actual secretaria del partido en funciones de presidenta, está en su derecho de ponerle “veladoras a (Nicolás) Maduro”, presidente de Venezuela, pero no a tratar de imponer esa ideología a la militancia morenista.
A su parecer, uno de los retos de Morena es crear una estructura partidista, porque el movimiento creado por el presidente Andrés Manuel López Obrador se enfocó en obtener el triunfo en las elecciones presidenciales; sin embargo, está pendiente la creación de una base partidista.
Una de sus propuestas, de cara a las elecciones de 2021, donde se renovarán 14 gubernaturas y 500 diputados federales, es la creación de comités de gestión en todo el país, porque “tenemos una gran oportunidad para hacer una organización totalmente inédita”.
¿Cuál es el mayor reto para Morena?
-En 2018 AMLO (Andrés Manuel López Obrador) presentó un proyecto de nación bastante serio, pero Morena como partido sólo se enfocó en llevarlo a la presidencia, y no en crear estructuras partidistas. Ahora, a casi dos años del triunfo, esto sigue sin cambiar. Yeidckol ni siquiera ha hecho un padrón. No sabemos quiénes somos ni dónde estamos. Por esa falta de estructura, Morena no está pisando las calles. Yo quiero ser presidente de Morena para que el partido actúe como AMLO: desde abajo y con la gente.
¿Qué hay detrás de la disputa entre Yeidckol y Alfonso Ramírez Cuéllar?
-Es un reflejo de la lucha al interior entre dos visiones de país y de partido. La primera es la izquierda extremista de Yeidckol y Bertha Luján. Una visión elitista que habla de morenistas “puros” e “impuros”. Y la otra visión, la que apoya la gran mayoría de los obradoristas, es una izquierda tolerante, progresista y democrática. Los extremistas como Yeidckol están en su derecho de ponerle veladoras a Maduro, pero que no nos quieran imponer esa ideología a todos los morenistas.
¿Qué cambios propones para Morena?
-Morena no puede ser construido con el molde de partidos del siglo XX. El nuestro debe ser uno del siglo XXI, construido con los jóvenes y diseñado para ver hacia el futuro: proponer políticas, hablar de los grandes desafíos de nuestro tiempo y ser un partido 24/7. Yo propongo, además de democratizar al partido, que todas la prerrogativas de Morena sean para abrir casas de gestión y ayuda al pueblo. Tenemos una gran oportunidad para hacer una organización totalmente inédita.
¿Cómo ves el sexenio hasta el momento?
-El mayor logro ha sido detener la escalada de la corrupción. El Presidente tiene a raya a los funcionarios, justamente porque tiene la calidad moral para hacerlo. Por otro lado, la economía no está caminando como queremos. La desconfianza del empresariado y la disminución del gasto en obra pública nos han frenado. En materia de seguridad, la situación ya nos rebasó. México debería, por lo menos considerar, una estrategia que incluya la presencia de “cascos azules” de la ONU, en conjunto con fuerzas mexicanas. Así se reforzaría la protección a los derechos humanos, pero también el músculo contra el crimen. Como este es un problema que azota a varios países del hemisferio, creo que la ONU podría involucrarse en la tarea.
¿Que estrategia necesita Morena para 2021?
En 2021, seguramente habrá un TUCOM (“Todos Unidos Contra Morena”). Por eso nosotros debemos construir un gran frente amplio, pero con la sociedad. Que sea incluyente y que privilegie a quienes sí han caminado el país. Si soy dirigente, no habrá “dedazos” para 2021, porque este método solo nos divide. Se elegirán candidatos por encuestas serias para que los morenistas decidan quién los representará.
Frase
“La que apoya la gran mayoría de los obradoristas, es una izquierda tolerante, progresista y democrática”.
LEG
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