Pakistán ofreció la víspera una contrastante imagen, pues mientras Naciones Unidas alababa su conversión a plaza turística, en la suroeste ciudad de Quetta, un presunto ataque suicida dejó siete muertos y 21 heridos.
En la capitalina Islamabad, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, subrayó la mejoría que ha tenido la seguridad del país, y precisó que, si hace unos cuantos años Islamabad parecía una fortaleza, ahora es un sitio familiar para los miembros de la organización internacional.
Atestiguamos que el Estado se hace presente, desde el punto de vista de la seguridad y de los servicios básicos, una transformación que debe subrayarse, indicó al participar en un seminario en la Universidad Nacional de Ciencias y Tecnología.
“Vemos no sólo como Pakistán abre sus fronteras en un mundo donde muchas están cerradas, sino que la gente abre sus casas y sus corazones en una enorme demostración de generosidad”, dijo en referencia al flujo de refugiados que llegan desde la vecina Afganistán.
En tanto, a poco más de 900 kilómetros al suroeste de Islamabad, en las inmediaciones del Club de Prensa de la ciudad de Quetta, una explosión en un aparente ataque suicida mató a siete personas y dejó heridas a otras 21.
Y hace casi un mes, la explosión de un artefacto en una mezquita dentro de una zona conurbada de Quetta mató a 15 personas e hirió a otras 19.
Guterres estuvo acompañado por Filippo Grandi, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, quien destacó que tanto Paquistán como Irán, han acompañado a los refugiados afganos en “tiempos amargos de penurias y pérdidas, nuevos conflictos e incertidumbre”.
“Y a través de años de esfuerzos por reconstruir una nación fracturada y asegurar el futuro pacífico que el pueblo de Afganistán merece”, añadió.
Frase
“Trabajar para encontrar soluciones para el pueblo afgano no es sólo un signo de solidaridad, sino una acción que redunda en beneficio de todo el mundo”
Antonio Guterres
titular de la ONU
LEG