Foto: Reuters Donald Trump transforma, a la vista de todos, el gobierno democrático que data desde la fundación del país, en un gobierno autocrático, concentrando el poder supremo y absoluto en su persona  

Muy a su estilo, retando la capacidad de sorpresa del pueblo estadounidense -al grado de que ya nada de lo que hace causa asombro-, el presidente Donald Trump transforma, a la vista de todos, el gobierno democrático que data desde la fundación del país, en un gobierno autocrático, concentrando el poder supremo y absoluto en su persona, mientras lucha por eliminar los contrapesos legislativo y judicial, con apoyo y complicidad de lo que queda del Partido Republicano.

Para conseguirlo, y para asegurar su reelección a costa de lo que sea necesario en noviembre, el presidente Trump ordenó expandir su campaña de despido y reubicación de honestos funcionarios, diplomáticos y militares que denunciaron su abuso de poder, hacia una cacería masiva de todo quien sea considerado “desleal” a su Presidencia.

REDOBLA ATAQUES CONTRA JOHN BOLTON

Adicionalmente, redobló sus ataques contra John Bolton, su ex consejero nacional de Seguridad, a quien acusa de “traición” cuyo libro “The Room Where it Happened” -que está bajo revisión en la Casa Blanca-, “no debe salir a la luz pública”, argumenta, “antes de la elección presidencial de noviembre, porque contiene una gran cantidad de información “altamente secreta y clasificada”.

Bolton -quien recibió mas de un millón de dólares por el libro-, anunció que enfrentará las consecuencias de publicarlo el 17 de marzo, si la Casa Blanca continúa deteniéndolo.

“Le dí a ese tipo un descanso, le dí un empleo y luego se volcó contra mí e inventa cosas”, dijo Trump en una entrevista de Televisión respecto a Bolton, “nunca le dije a John Bolton que la ayuda a Ucrania estaba ligada a las investigaciones a los Biden o los demócratas”.

Pero Bolton ha afirmado: “Hay información más allá de lo que la gente pueda imaginar”. El libro está en preventa.

DIRECTOR DE INTELIGENCIA, LA PRIMERA VÍCTIMA DE TRUMP

La primera víctima de esta nueva campaña fue Joseph Maguire, veterano con 26 años de servicio en las tropas élite SEALS, de la Naval, quien fungió como comandante de todas las Fuerzas de Operaciones Especiales de EU, a quien el presidente Trump seleccionó como titular de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), que coordina el trabajo de las 17 agencias espías de Estados Unidos.

El inesperado despido -con un peligroso mensaje de politización de la comunidad de inteligencia, sin precedentes en la historia-, se produjo cuando Trump se enteró de que Shelly Pierson, oficial de Inteligencia, informó a legisladores republicanos y demócratas que “Rusia continúa trabajando para asegurar la reelección del presidente Donald Trump”, en noviembre.

“En esta administración, los hombres y mujeres buenos, honestos, experimentados no duran mucho, son despedidos por hacer un buen trabajo”, dice el almirante retirado William McRaven, quien dirigió el operativo para ejecutar a Osama Bin Laden, y considera, como muchos expertos, que esta acción envía un mensaje muy peligroso y perturbador.

Notificado al día siguiente del reporte que advertía sobre la nueva injerencia de Rusia, como en 2016, el Presidente estalló en cólera y ordenó citar al director nacional de Inteligencia a la Casa Blanca.

Su coraje y angustia no eran a causa de la peligrosa intervención de la inteligencia militar rusa en el proceso electoral, que se ha negado terminantemente a proteger, sino porque Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara baja, y coordinador del impeachment, estaba entre los informados.

RICHARD GRENELL, DIRECTOR SIN EXPERIENCIA

Trump atacó a Maguire acusándolo de entregar un reporte a demócratas, “que podrían convertir en un arma en contra suya por deslealtad”, y lo despidió, nombrando a Richard Grenell, actual embajador de Estados Unidos en Alemania, como nuevo director en funciones de la Dirección Nacional de Inteligencia, sin abandonar su cargo diplomático.

Esa es la importancia que Donald Trump brinda a la comunidad de inteligencia. Nombrando un director que por sus ocupaciones como diplomático en Alemania, que han levantado críticas, no atenderá debidamente la operación de la DNI, que es justamente lo que quiere Trump; imponer sus verdades sobre el mundo, sin que expertos aclaren o le hagan ver que son fantasías.

Apenas recibió el nombramiento provisional, que nunca sería ratificado por el Senado, y con la encomienda de deshacerse de todos los “desleales”, Grenell despidió a Andrew Hallman, quien era subdirector de la entidad, y quien tiene experiencia de 30 años de servicio en la CIA, sustituyéndolo por Kashyap Patel, ex empleado del Consejo Nacional de Seguridad, a quien se conoce como uno de los principales promotores de las teorías de una “conspiración de un Estado secreto empeñado en espiar y obstaculizar el trabajo liberador del presidente Trump”.

Patel, quien tiene como misión “purgar” la comunidad de inteligencia a satisfacción del Presidente Trump, tuvo bajo su responsabilidad el “Objetivo Medusa” que tenía el propósito de “investigar a los investigadores del FBI y las conclusiones que presentaron sobre la asociación de la campaña de Trump con Rusia”.

Patel dijo a Lee Smith, autor del libro Complot contra el Presidente -sin ofrecer prueba alguna-, que “periodistas, diplomáticos, policías federales, funcionarios de Justicia y de las agencias de inteligencia tenían un amplio plan para derrocar al presidente Trump”.

Con la autoridad de su nuevo cargo, Grenell, ahora con acceso a toda la información clasificada, pidió ya archivos de la CIA y el reporte de inteligencia sobre los planes rusos que tratarán de garantizar la reelección de Trump.

TRUMP NUNCA CONFIO EN LA COMUNIDAD QUE HUMILLÓ

La relación de Trump con la comunidad de inteligencia nunca ha sido buena.

Desde su ascenso al poder, el mandatario ha rechazado sistemáticamente la evidencia, pruebas irrefutables de operación de la inteligencia militar rusa para la injerencia que lo favoreció en la elección presidencial de 2016, porque sabe y considera que eso resta legitimidad a su Gobierno.

Y no solo puso en evidencia la información de las agencias espías de Estados Unidos, que ha ridiculizado en su encuentro con el presidente Vladimir Putin, en Hong Kong y otras ocasiones sino que ordenó al procurador William Barr investigar a agentes y directivos del FBI y Departamento de Justicia que siguieron su caso, con la intención de cambiar la narrativa del Reporte Mueller, lo que no consiguió hacer.

Directivos de la comunidad de inteligencia también han desmentido sus declaraciones sobre Corea del Norte, Iran y otros países.
La misión de las agencias espías es recabar información sensitiva en todo el mundo, sobre potenciales amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos en todos los órdenes, que es básica para la elaboración de la política exterior.

Por esa razón, también monitorearon al comité de Campaña de Trump en 2016, por constantes contactos con espías rusos que vigilaban y confirmaron la responsabilidad de la inteligencia rusa y sus formas de operación en las elecciones.

Aprovechando el despido de Maguire, el Presidente decidió “neutralizar” a las 17 agencias espías para evitar: 1.- Constantes advertencias sobre la inminente injerencia rusa (que él rechaza), minimizándolas al máximo, evitando compartirlas con el Congreso y que sean difundidas públicamente. 2.- Constantes contradicciones o desmentidos de las agencias espías, a numerosos comentarios sin fundamento, acerca de Rusia, China, Irán, Corea del Norte y otros países. 3.- Dejar de oír recomendaciones de “blindar” el sistema electoral para evitar la injerencia rusa, mediante sistemas de seguridad cibernética, que ha rechazado aplicar, igual que Mitch McConnell, lider del Senado, a pesar del probado riesgo inminente de intervención. 4.- Y en consecuencia dejar el camino libre a eventuales “apoyos” extranjeros que puedan favorecer, hackeando el sistema electoral o valiéndose de las redes sociales para generar caos y desconfianza en torno al resultado de la elección, neutralizando por completo a la comunidad de inteligencia.

GOBIERNO DE TRUMP ASEGURA QUE RUSIA ‘AYUDA A SANDERS’

También ordenó que los responsables de las agencias de inteligencia, no hablar en audiencias abiertas sobre las principales amenazas a la Seguridad Nacional, sino solo hacerlo en audiencias clasificadas, para que sus contradicciones no sean difundidas al publico.

Supuestamente funcionarios del Departamento de Justicia contactaron al Demócrata Bernie Sanders, para decirle que los rusos también querían ayudarle, lo que se consideró una maniobra del equipo de Trump, para desviar la atención de los esfuerzos rusos para favorecerlo, como en 2016.

SANDERS ARRASA NEVADA, LUEGO DE IOWA Y NEW HAMPSHIRE…

El presidente estadounidense, Donald Trump, considera que puede atacar con mayor eficacia a Bernie Sanders, quien con las asambleas primarias demócratas de Nevada lleva ya tres estados como ganador absoluto, encima de los resultados obtenidos por el ex vicepresidente Joe Biden.

Entre los argumentos que ya ha anunciado, Trump tratará de atemorizar a la población diciendo que, si él pierde la elección, el mercado de valores se colapsará, la economía se hundirá y que Sanders implementará “medidas comunistas” a las que se opone una gran parte de los estadounidenses.

El jefe del Ejecutivo esta dispuesto a entrar a esta carrera jugándose el todo por el todo, tratando de sortear graves problemas y amenazas, como la rápida expansión del coronavirus, que afecta ya a la economía China y que en caso de aumentar en Estados Unidos, podría generar graves problemas económicos, a causa del costo de creciente atención médica, campañas de información y posible desaceleración económica a causa de medidas de previsión.

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