Foto: Cuartoscuro / archivo La experta indicó que muchos familiares de víctimas se incorporan a proyectos colectivos con otras madres que buscan a sus desaparecidos y generan un proyecto de vida que es luchar para hacer justicia  

En el caso de feminicidios donde existe saña o que alguien cercano privó de la vida a una mujer, las secuelas emocionales para los familiares de las víctimas, en especial para los niños, serán para toda la vida, señaló Maricarmen Montenegro, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM.

“La experiencia independientemente que pueda haber una intervención rápida, la huella va a quedar de por vida, esos grandes dolores se han logrado encausar, matizar o disminuir cuando todas estas personas que han sufrido la pérdida -por ejemplo- de una hija, hermana, los dolores que quedan de una madre, de una hija en la que se cometió el feminicidio es muy complicado esa superación”, manifestó la especialista.

Indicó que muchos familiares de víctimas se incorporan a proyectos colectivos con otras madres que buscan a sus desaparecidos y generan un proyecto de vida que es luchar para hacer justicia. Explicó que ese acompañamiento colectivo es un soporte para muchas mujeres, quienes encuentran un sentido de vida alrededor de una pérdida tan difícil.

Resaltó que los niños -que pierden a sus madres por feminicidios- se quedan indefensos a veces con sus abuelas, tías.

“Lo va a ir reconstruyendo posteriormente, ya la pérdida de la mamá en sí es muy complicado, ahora el desarrollo de esos niños, la comprensión en el tiempo de lo que sucedió es el momento de dejar la huella, de dejar esa afectación de por vida, porque muchos de estos pequeñitos de momento no entienden”, expresó

Señaló que en la medida que crezcan, sus propias estructuras cognitivas van a tener un impacto muy fuerte de saber lo que ocurrió con su mamá. Añadió que esos daños emocionales en cada persona van a ser diferentes y dependerán de la capacidad o voluntad del encuentro con grupo, que al final de cuentas dedican las 24 horas del día a ese proyecto que es demandar justicia.

Por su parte, la socióloga Tania Meléndez, académica de la UNAM, señaló que en caso de la niña Fátima -cuyo cuerpo fue localizado el 15 de febrero en la alcaldía de Tláhuac- es un indicador de una descomposición en la que nos encontramos en la sociedad.

“Tiene muchas aristas de explicación, hay una necesidad económica, precariedad laboral, bajos niveles de educación en la población y que todo esto va derivando en estas circunstancias en particular de lo que le sucede a esta niña y de la categorización de feminicidio”, puntualizó Meléndez.

Expresó que al ubicar “el feminicidio ubicamos un contexto particular en donde premia una cultura patriarcal en donde se ha priorizado al ser varón y al ubicarse en una posición de poder a los varones, eso favorece a la discriminación de las mujeres por su condición de género”.

Politizan protestas feministas

Redacción

La convocatoria para el Paro Nacional de Mujeres, el próximo 9 de marzo, generó una polarización entre diversos sectores sociales, desde el Presidente, Andrés Manuel López Obrador, que acusó a los conservadores de promover el movimiento.

Por ejemplo, también se generó una discusión entre integrantes del gabiente, como la secretaria de la Función Pública, Irma Sandoval, y las periodistas Lydia Cacho y Sabina Berman, quienes criticaron su postura sobre que mejor hubiera un paro de hombres.

Además, decenas de empresas, partidos políticos y gobiernos, anunciaron su apoyo a las mujeres que decidan participar en el paro.

LEG