La Suprema Corte de Estados Unidos aseguró que los padres del adolescente mexicano a quien disparó la Guardia Fronteriza estadounidense en 2010 no pueden denunciar el hecho en el país desde donde se infringió el disparo.
Cinco miembros de los nueve integrantes de la Suprema Corte aseguraron que la gente que no estaba en territorio estadounidense en el momento de los hechos no puede iniciar un proceso legal en el campo civil en una corte federal.
Sergio Adrián Hernández Guereca, de 15 años, recibió un disparo en la cara que le costó la vida en la frontera entre El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, México. Su familia asegura que él estaba jugando a tocar la línea fronteriza y volver corriendo a México con otros jóvenes cuando el tiro lo alcanzó, estando en territorio mexicano.
La mayoría de la Corte aseveró que iniciar este proceso podría tener implicaciones en las relaciones entre los gobiernos mexicano y estadounidense, sugiriendo que el conflicto se resuelva con diplomacia y no en una corte federal de los Estados Unidos, pues afirmaron que la Guardia Fronteriza de este país tiene un papel fundamental para evitar el paso de migrantes.
Después de esta resolución, el señalado como culpable por la familia mexicana no enfrenta ningún proceso en su país ni en México, a pesar de que México condenó los hechos cuando ocurrieron, en 2010.
La familia del adolescente solicitaba que se les repusiera económicamente los daños perpetrados contra ellos al asesinar a su hijo en territorio mexicano.
En la presentación del caso, la Patrulla Fronteriza alegó que el joven había lanzado piedras a los agentes, mientras que el FBI apuntó que guiaba migrantes ilegales a los Estados Unidos, lo que no coincide con las declaraciones de los familiares.
LEG