Autoridades de salud de la India informaron hoy que 25 muertos y al menos 230 heridos es el saldo dejado por las protestas en esta capital, las cuales constituyen la movilización con mayor violencia en décadas de la que se tenga registro.

 

Los ataques, de acuerdo con la policía de Nueva Dehli, fueron responsabilidad de la comunidad islámica en la India, en rechazo a la ley de ciudadanía que propone el gobierno.

 

Durante cuatro días, la mayoría de los ataques se dieron al noreste de la región donde se sitúa gran parte de la población musulmán, reportó la fuerza policial. En su informe agregó que las salas de emergencia de Nueva Delhi están repletas de heridos.

 

Incluso, aún hay personas en la búsqueda de sus familiares en las morgues, pues algunas víctimas no han sido identificadas. En tanto, la mayoría de las personas que sufrieron lesiones no tienen acceso a los servicios médicos debido a los altos precios, informó Al Jazeera.

 

La violencia estalló ayer y se propagó a pocos kilómetros de donde el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro indio, Narendra Modi, se reunieron para conversar durante el fin de semana.

 

El ministro Arvind Kejriwal exhortó a imponer un toque de queda en algunas zonas de la capital tras disturbios y enfrentamientos interétnicos. Agregó que la policía, a pesar de todos sus esfuerzos, no puede controlar la situación, por lo que pidió llamar al ejército e imponer el toque de queda en el resto de las áreas afectadas.

 

DAMG