El Gobierno de Boris Johnson reveló un mandato de negociación en las conversaciones con la Unión Europea sobre su salida del bloque comunitario que pone al país en el rumbo de una colisión con la Unión Europea, pues implica que Londres podría levantarse de la mesa si en junio no hay “progresos significativos”.
Tras abandonar oficialmente la UE el mes pasado, Reino Unido tiene hasta el final de este año para negociar un acuerdo comercial, y otros tantos para un amplio abanico de temas que van desde la pesca al transporte, los cuales sustituirán más de 40 años de estrechas relaciones políticas y económicas con los 27 países.
Habiendo aceptado que, al abandonar la unión aduanera y el mercado único de la UE, las empresas británicas encontrarán nuevas “fricciones” en el comercio, Reino Unido ha dejado clara su postura: la autodeterminación debe prevalecer sobre las preocupaciones económicas.
Por lo tanto, si para junio no se han hecho “progresos significativos” en la exigencia británica de lo que llama acuerdo de libre comercio “estándar” o incluso en las “áreas menos controvertidas” de las conversaciones, Londres se centrará en los preparativos para una ruptura en seco con la UE.
“Al final del período de transición, Reino Unido recuperará plenamente su independencia económica y política”, dijo el ministro de la Oficina del Gabinete, Michael Gove, “queremos la mejor relación comercial posible, pero en la búsqueda de un acuerdo no vamos a comerciar con nuestra soberanía”.
LEG