A una semana de una nueva megamarcha de mujeres, del paro de labores Un Día sin Mujeres y de crecimiento de la agenda de demandas de los colectivos feministas, el tema de los feminicidios sigue sin rumbo y sin ninguna acción gubernamental de distensión. Pareciera que los gobiernos se preparan para el choque.

Por lo pronto, podría comenzarse con la caracterización. Los feminicidios son asesinatos de mujeres por razones de género. El nombre se asume del sector afectado: las mujeres; pero ellas son víctimas. Y es la hora en que nada se dice y menos se hace para enfocar el problema desde el punto de vista de los victimarios: Los hombres que no amaban a las mujeres (aportación del periodista y novelista sueco fallecido Stieg Larsson).

Por alguna razón los victimarios están fuera de foco. Sin embargo, los feminicidios son, en realidad, machicidios o asesinatos de mujeres provocados por el nefasto machismo que siempre ha existido en México, pero que se ha agudizado desde que las mujeres salieron del redil masculino por la crisis y han conquistado una autonomía no aceptada por la discriminación masculina.

Las 976 mujeres asesinadas el año pasado y 77 en enero de este año aportan un patrón criminal que va más allá del problema judicial: una reconfiguración del papel de los géneros en la vida nacional, con más mujeres como jefas de hogar. Los machicidios actuales tienen muchos referentes que muestran comportamientos judiciales y policiacos similares en gobiernos panistas, priistas y morenistas: el desdén hacia las causas de la discriminación criminal de género.

Han pasado años y los gobiernos en sus tres niveles se niegan a replantear los enfoques de género de la inseguridad. Desde la marcha violenta de octubre pasado a la amenaza de la megamarcha del domingo y el paro de lunes próximos las dos mujeres responsables de áreas clave –Gobierno de Ciudad de México y Secretaría de Gobernación– no han lanzado ninguna iniciativa legal ni política para atender demandas.

El machismo político y de Gobierno beneficia los machicidios.

Zona Zero

  • Las deportaciones de narcos forzadas por EU, el arresto de la hija de El Mencho, jefe del Cártel Jalisco Nueva Generación, y los datos de narcocorrupcion del ex gobernador priista de Nayarit 2011-2017, Roberto Sandoval, mandan una señal: EU está presionando la estrategia mexicana de seguridad. Y dicen que vienen más acciones.

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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