Ojalá esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador no haya desayunado -o le vayan a servir aguacate-, porque le podría caer mal.

El fracaso de la reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), generó una ola especulativa por la compra de bonos que tiró al peso, que alcanzó el precio de 21.37 unidades por dólar.

El precio más alto de la divisa desde 2017.

Pero eso no es todo.

Hoy seguramente el precio de la mezcla mexicana también registrará una baja que se sumará a la que tuvo hace unos días lo que aprieta aún más a la economía nacional.

Súmele a ello el resultado de la marcha realizada ayer por decenas de miles de mujeres que salieron en todo el país -el contingente más numeroso fue en la CDMX- en reclamo de mayor seguridad y el cese al acoso y al feminicidio.

López Obrador desestimó el alcance del movimiento; se negó a declararse feminista pese a los esfuerzos de la ex ministra Olga Sánchez Cordero, enviada literalmente al matadero a tratar de defender la posición del Gobierno mexicano.

Pura retórica.

La secretaria de Gobernación solo prometió apoyos, pero no mencionó una -u-n-a- sola acción del Gobierno en favor de las mujeres mexicanas a las que les fueron eliminados los refugios temporales a las víctimas de violencia doméstica, las guarderías, los comedores comunitarios, entre otros beneficios.

Para amolarla de acabar, mientras el Zócalo capitalino se incendiaba y el precio del peso se iba a pique, el Presidente se dio tiempo para tomarse un video, descansando despreocupado en la zona arqueológica de La Quemada, en Zacatecas.

Seguro el tiene otros datos, pero lo de ayer sí es para preocupar a cualquiera:

El valor del peso, y el peso del valor de las mujeres.

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El PAN anunció que contratará a una agencia global especializada en investigar casos de espionaje, luego de descalificar prematuramente las investigaciones de la Fiscalía General de la República.

Como sabe, el jueves pasado, el PAN denunció que en su sala de juntas, en el Senado, había descubierto micrófonos supuestamente para espiarlos.

Y mostró algunos metros de cable y unos artefactos que serían los micrófonos.

El asunto fue informado a la FGR, pero la verdad es que muy pocos creen que realmente se trate de un asunto de espías con espuelas.

El asunto está exactamente en el mismo nivel que el espionaje denunciado por López Obrador en Palacio Nacional hace unos meses (¿se acuerda?), en donde el Presidente también exhibió unos metros de cable y un supuesto micrófono.

Dice Ricardo Monreal que pronto se demostrará el montaje; habrá que esperar si el PAN contrata los servicios de la CIA o del M-16 para conocer su verdad.

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Esta semana debería discutirse en el Senado el dictamen -nuevo, se supone- sobre la regulación al outsourcing o subcontratación.

Ya se sabe que el senador Napoleón Gómez Urrutia secuestró el documento y presentó nuevamente su iniciativa sin las modificaciones acordadas con empresarios, líderes sindicales y otros actores del sector.

Se supone que el fin de semana, Ricardo Monreal estuvo hilando fino para incluir las modificaciones acordadas, la más importante, que el outsourcing deje de ser equiparado con delincuencia organizada como propone Gómez Urrutia.

Monreal debe sacar el dictamen con las modificaciones negociadas si o sí, o el sector empresarial podría perder la confianza en uno de los pocos actores políticos de la 4T que les ha cumplido lo prometido.

A ver.