Foto: Reuters / Archivo Entre 2005 y 2009 el gobierno estadounidense diseñó el llamado Stuxnet, un virus aparentemente en contra de Irán  

Los recientes informes en torno al origen del coronavirus sugieren que el virus se derivó de un microorganismo hallado en un murciélago silvestre que fue consumido por un residente chino de Wuhan, China, sin embargo, en otras provincias cercanas a China en donde los murciélagos son más numerosos, no se ha experimentado una pandemia similar, por lo que se dice que el CVID-19, no surgió de una mutación natural, sino que fue diseñado en un laboratorio que trataría hacer una guerra biológica.

 

Existen informes que suponen que el virus ha sido desarrollado o producido para fines bélicos, lo que implica que el producto se habría escapado de un Laboratorio de Virología del Instituto de Wuhan, de ahí a la población humana y animal. Científicos reconocen que estas “fugas”, ocurren con frecuencia.

 

También se ha especulado que la Administración del presidente de Estados Unidos Donald Trump, habrían estado agitando de manera regular la competencia global de la República Popular China, como amenaza directa contra la nación.

 

Por lo que es posible que Washington haya creado o liberado el virus, en una apuesta por golpear el creciente poderío militar y económico chino y retroceder algunos pasos.

 

Entre 2005 y 2009 el gobierno estadounidense diseñó el llamado Stuxnet, un virus aparentemente en contra de Irán, sin embargo, éste sólo dañaba ordenadores y operaciones israelíes, sin afectar a seres humanos, pero terminó afectando a China, Alemania, Kazajistán e Indonesia.

 

Hasta el momento no está 100% confirmado el origen del coronavirus por lo que Científicos del Instituto Galileo en Israel, declararon que contarán con una vacuna contra el COVID-19, en pocas semanas y que estará lista para ser distribuida y utilizada en un lapso de 90 días.

 

Con información de medios

MGL