La violencia contra las mujeres es un problema que atañe a todos, hombres y mujeres, iguales en dignidad, y que debe unirnos, no separarnos, señaló la Iglesia Católica.
“Es un problema cuya solución parte desde luego del reconocimiento de los hechos, pero sobre todo, de nuestras coincidencias, de la comunión entre mujer y varón en la sociedad y en la familia”, publicó el semanario religioso Desde la Fe, en su edición de este 15 de marzo.
La Arquidiócesis de México, encabezada por el cardenal Carlos Aguiar Retes, afirmó que una de las consecuencias del paro de mujeres, el pasado 9 de marzo, como protesta por la violencia que se ejerce contra ellas a diario, no puede ser la división entre hombres y mujeres.
“El paro nacional del 9 de marzo y otras muchas actividades alternas –como las Horas Santas exclusivas para mujeres en parroquias- nos lanzan un claro mensaje de la enorme relevancia que tiene la mujer en la sociedad, y de que la solución al problema no debe quedar únicamente en la sensibilización hacia el problema”, expuso.
Agregó que “mujeres y hombres debemos unirnos para, desde nuestra complementariedad, construir el camino a una sociedad en paz, en la que se respete la dignidad de todo ser humano”, añadió el artículo titulado “Todos somos indispensables”.
En el texto, se enfatiza que las agresiones hacia ellas, hasta hoy, parecen imparables y no han recibido la prevención ni la atención necesarias, pese a su dimensión.
CS