La falta de claridad, el desdén y poca seriedad que ha mostrado el Presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el coronavirus, ha generado mayor psicosis entre los mexicanos.

 

Críticas de todos los sectores de la sociedad y recomendaciones de expertos, surtieron poco efecto en las decisiones del gobierno federal para anunciar las nuevas medidas para prevenir el contagio del virus.

 

Fue hasta el viernes cuando el subsecretario de salud, Hugo López- Gatell, confirmó el cambio de medidas luego de la aparición de 10 nuevos casos en menos de 24 horas; por lo que sin estar en una fase dos, se decidió aplicar algunas recomendaciones de esta etapa que se irán incrementando de manera paulatina conforme avancen los días.

 

Con el antecedente de falta de medicamentos, la crisis generada por la desaparición del seguro popular y el nuevo Insabi y la compra de medicamentos contaminados por Pemex que ha dejado seis personas fallecidas; existen razones de sobra para pensar que no tenemos un gobierno preparado para atender la demanda de pacientes infectados en el momento más álgido de la epidemia en nuestro país.

 

Covid-19 representa una prueba de fuego para que el gobierno de la denominada Cuarta Transformación demuestre si tiene la capacidad de enfrentar una emergencia de tal magnitud, pues en este caso no hay manera de echar culpas de lo que suceda a los conservadores y neoliberales del pasado.