Autoridades francesas aprobaron hoy la utilización de cloriquina, medicamento empleado contra la malaria, para el tratamiento de pacientes con coronavirus, pero sólo en casos donde la enfermedad se diagnostique como agravada.
De acuerdo con el ministro de sanidad, Oliver Verán, la decisión de utilizar un medicamento “tan agresivo” fue aprobada el Consejo Superior de Salud Pública de Francia, en una decisión criticada por la comunidad científica local ya que al momento no existen estudios clínicos que avalen el fármaco como una forma efectiva de combatir el COVID-19.
No obstante, según lo reportó Europa Press, en la ciudad de Marsella multitudes se conglomeraron para someterse al tratamiento con cloroquina, tras reportes de 24 pacientes que respondieron “bien” al medicamento.
Incluso, el viernes, el presidente de EU, Donald Trump presionó a la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para “eliminar las barreras” de la utilización de este medicamento.
Sin embargo, la autoridad sanitaria ha calificado a la cloriquina como un tratamiento que puede llegar a ser peligroso, de acuerdo con su sitio oficial.
La cloroquina es un antipalúdico de bajo costo utilizado desde hace décadas contra la malaria, enfermedad transmitida por mosquitos, pero que tiene efectos secundarios.
Existe un derivado, la hidroxicloroquina, que es mejor tolerada y que se usa para enfermedades articulares de origen inflamatorio, como la artritis reumatoide.
Los efectos secundarios, según la FDA, son numerosos: náuseas, vómitos, erupciones cutáneas, pero también problemas oftalmológicos, trastornos cardíacos e incluso neurológicos. Una sobredosis puede ser particularmente peligrosa y los médicos aconsejan estrictamente no consumirla sin receta médica.
AR