El silencioso y letal avance del coronavirus -10 veces más pequeño que una célula sanguínea-, que el presidente Donald Trump ignoró y subestimó inicialmente, arrebató al mandatario lo que se atribuía como mayor logro y argumento para su reelección: la continuidad de la creciente expansión económica que heredó de Barack Obama, su predecesor.
La aplicación de las primeras 195 mil pruebas tardías revelaron 26 mil 747 personas infectadas y más de 340 muertes, que se teme sea apenas el inicio de esta crisis de salud pública que podría durar hasta 18 meses, según el Plan de Respuesta del Gobierno Federal Covid-19, elaborado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
A medida que se dispara el número de personas infectadas crece la angustia entre autoridades estatales y locales por lo que consideran una dramática insuficiencia de capacidad hospitalaria, médicos y enfermeras para atender crecientes números de pacientes, así como equipos de protección personal, para garantizar que prestadores de servicios de salud no sean contaminados, como ya ha pasado.
Mientras, en conferencias de prensa desde la Casa Blanca, el Presidente elogia sus propias acciones y anuncia pedidos para la fabricación de “miles de mascarillas, respiradores y equipo”… que no llega, el CDC “sugirió” a médicos y enfermeras “guardar sus mascarillas, guantes y camisones en bolsas de plástico para seguir usándolos” y a quienes no los tienen “improvisar mascarillas con pañoletas y bandanas”, lo que asociaciones médicas consideran inaceptable, por los riesgos de contaminación, no solo para el personal médico, sino para sus familias.
Hacia una posible recesión
La brutal embestida del CoviD-19 contra la que hasta hace unas semanas era una sólida y fuerte economía (que llevó a Wall Street a alcanzar un máximo histórico de 29, 551.42 puntos el 12 de Febrero, 49% más que el nivel que tenía cuando Trump asumió el poder) se desplomó el viernes a solo 19, 173.98 puntos, en medio de caos, confusión y la amenaza de una profunda recesión, mayor desempleo, quiebra de empresas y dramáticas condiciones para la clase media y baja que dependen de su salario quincenal y quienes podrían perder empleo, vivienda, atención médica y otros beneficios.
Trump y republicanos ignoraron advertencias sobre coronavirus
Por proteger la economía y garantizar un segundo término, el presidente Trump y senadores republicanos ignoraron múltiples reportes de agencias de Inteligencia, durante enero y febrero, advirtiéndoles sobre la amenaza global del coronavirus, que, según los reportes, “tiene todas las características de peligrosa Pandemia” que “requería de acciones urgentes para contenerla”.
El rampante avance del coronavirus reveló algo nunca visto en Estados Unidos: falta de infraestructura hospitalaria adecuada, carencia de mascarillas, guantes, camisones y otro equipo de protección personal para medicos y enfermeras, insuficiencia de respiradores y sobre todo, falta de un plan efectivo para contener la crísis de inmediato con medidas y protocolos drásticos.
Tras el recorte de recursos destinados al monitoreo de epidemias globales y su oficina junto al Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, para alertar de inmediato al Presidente, como ocurrió con H1N1, MERS, Ebola y otras epidemias, el CDC preparó su plan de respuesta hasta el 13 de marzo, dos meses después del primer caso detectado en el estado de Washington, cuando comenzó a realizar pruebas a la población, tras un fracasado intento que abortó por resultados inconclusos que sus detectores arrojaban y por la falta de químicos necesarios para las pruebas.
La pérdida de semanas vitales para una respuesta inmediata y efectiva del gobierno desde enero, cuando alertaron las agencias de Inteligencia y el CDC provocó la devastadora expansión ante la que el Gobierno del Presidente Trump solo aplicó restricciones a viajeros ingresando al país, mientras se niega a tomar otras mas radicales como impedir el transporte aéreo para detener la propagación del virus en todo el país, detener las actividades económicas y aislar la mayoría de los ciudadanos en sus hogares, para evitar el contagio.
Trump cierra fronteras con México y Canadá
E presidente Trump anunció el cierre de la frontera con México y Canadá e impuso restricciones a vuelos de China, Europa, Gran Bretaña e Irlanda, obligando a ciudadanos y residentes legales de este país a regresar a 13 aeropuertos donde en largas filas, se expusieron durante horas a contraer el virtus. Además, envió aviones charter a Honduras para repatriar a estadounidenses y pidió a sus ciudadanos en otros países regresar de inmediato, apercibidos de que no hacerlo, impedirá su ingreso al país durante tiempo indeterminado.
El Gobierno federal extendió el plazo para presentar declaración de impuestos, del 15 de abril al 15 de julio, adoptó medidas para proteger a compradores de casas, por el cierre de oficinas, prohibiendo desalojos, pero que no brinda protección a personas que rentan inmuebles y que -viviendo quincena tras quincena- enfrentarán dificultad para pagar sus rentas.
Gobiernos estatales confinan a 80 millones a sus hogares
Sin mas medidas eficaces que las promesas del Gobierno federal para contener la propagación del virus, los estados de California, Illinois, New York, New Jersey, Pensilvania y otras entidades, ordenaron a mas de 80 millones de residentes no salir de sus hogares, salvo para comprar comida y medicinas así como el cierre de oficinas de servicios no indispensables.
Además decretaron el cierre de escuelas a las que asisten 32 millones de estudiantes, igual que universidades, templos, restaurantes, bares, discotecas, gimnasios, cines y todos los lugares en que pudieran concentrarse más de 10 personas.
Presas del pánico, multitudes en todo el país vaciaron tiendas y supermercados, en busca de alimentos, agua y medicinas que les permitan resistir aislados en sus hogares, esperando el fin de la crisis.
A diferencia de la respuesta inmediata y efectiva de Estados Unidos al brote global de Ebola, el Centro de Previsión y Control de Enfermedades bajo nueva dirección y recortes al presupuesto ordenados por el presidente Trump, ha tenido menor impacto en la contención del avance del coronavirus, debido a medidas tardías, la falta de coordinación y recursos para confrontar la mayor amenaza a la salud pública que se recuerde en tiempos modernos.
Trump capitaliza políticamente contención del coronavirus
Cuando Trump finalmente comprendió la magnitud del problema, a mediados de marzo y percibió que en estos momentos de crisis, miedo e incertidumbre, el pueblo de Estados Unidos espera un líder que lo guíe, calme y sobre todo, le hable con la verdad, vio también el potencial de capitalizar las acciones del Gobierno federal para contención del brote epidémico con fines electorales y saltó al escenario.
Creó una Fuerza de Tarea para Contención del Coronavirus, no encabezada por medicos y especialistas, como habrían hecho sus antecesores, sino por el vicepresidente Mike Pence, su principal adulador, el secretario de Salud, Alex Azar; Deborah Birx, Jerome Adams, Cirujano General de EU, el doctor Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas y otros funcionarios.
Así, se asegura de que toda la información sobre el tema sea filtrada por el vicepresidente, quien elimina lo que no le parece y ofrece conferencias de prensa diarias, autopromoviéndose, como el salvador de la mayor crisis que Estados Unidos haya enfrentado, con apoyo de su gabinete, mintiendo, distorsionando eventos y asegurando acciones que no se han realizado.
Al tiempo que su comité de campaña, sin recato alguno, use también la crisis para atacar a su virtual contendiente, el Demócrata Joe Biden, a quien acusan de “defender a China y sus pericos del Partido Comunista” porque Biden criticó la guerra comercial de Trump con China.
El personaje de mayor interés -sin embargo- es el Dr. Fauci, Director del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, experto en Salud, quien tristemente no tiene suficiente tiempo para responder a multiples preguntas sobre el avance, formas de contención, aciertos o desaciertos y aspectos médicos de la amenaza que representa el Coronavirus.
En contraste al “control absoluto” y “múltiples exitosas acciones” de que hacen alarde Trump y Pence, médicos, enfermeras, hospitales y gobiernos estatales, solicitan con urgencia equipos de protección personal, después de que varios servidores del sector salud fueron contaminados con el virus, que podrían transmitir a otros pacientes y a sus familias.
Médicos y enfermeras también se quejan de dificultades que enfrentan para que se les practiquen pruebas, para tener la certeza de si están infectados o no, de lo que depende la atención de otros pacientes y la seguridad de sus familias.
Trump supo desde enero pero actuó hasta marzo
Desde los primeros días de Enero de 2020, el Centro de Prevision y Control de Enfermedades estableció el Sistema de Manejo de Incidente Covid-19, que contactó al Secretario de Salud, Alex Azar, para que notificara al Presidente, sobre la urgencia de una respuesta rápida.
Pero Azar habló con el presidente hasta el 18 de Enero y se topó con la total indiferencia y falta de interés de Trump, quien, si hubiera escuchado, habría escuchado la urgencia.
El 22 de enero, aseguró que “Todo estaba bien y tenía control total de la situación”. El 24 de Enero, dijo que “Todo trabajaría muy bien”. El 30 de Enero dijo: “Tenemos Todo bajo Control”.
El 3 de Febrero, Trump ordenó cuarentena de 14 días a extranjeros que estuvieron en China, sin otras medidas de preparación para la inminente llegada del Coronavirus a Estados Unidos.
El 7 de Febrero Trump dijo que “Cuando subiera la temperatura, el Coronavirus se debilitaría y desaparecería” lo que repitió el 10 de Febrero, el 14 de Febrero, el 19 de Febrero, el 24 de Febrero, el 25 y 26 de Febrero y hasta el 28 de Febrero cuando aseguró que el “Coronavirus desaparecería por arte de magia”.
Fue hasta Marzo 17, cuando Trump dijo que la Pandemia “era real” mintiendo cuando afirmó que “Siempre supo que era una pandemia, “Siempre tuve el sentimiento de que era una Pandemia, antes de que la denominaran asi”.
Durante una reunión con Mick Mulvaney, ExJefe de Gabinete, Joe Grogan, Jefe de Política Domestica de la Casa Blanca y otros asesores, advirtieron que “no había suficientes formas par determinar el nivel de infección y que “no atender la evolución del Coronavirus, podría costar la reelección al presidente, “porque el tema dominaría en Estados Unidos durante meses”.
Matthew Pottinger, SubAsesor Nacional de Seguridad de la Casa Blanca presionó, junto con Robert Kadlec, advirtiendo que “el virus representaba una seria amenaza” que perturbaría la vida de los estadounidenses” y advirtió que China no era honesta sobre el peligro.
Nancy Messonnier, funcionaria del CDC advirtió en declaraciones a reporteros, en Febrero, que “el virus se diseminaría en comunidades de Estados Unidos, causando severos trastornos a la vida diaria”, lo que molestó al mandatario, que se quejó de que las declaraciones “asustarían a los mercados financieros”.
Trump habló siempre de que “había pocos casos en Estados Unidos, que se recuperaban y que pronto el número bajaría hasta llegar a cero”, que “no había razones para preocuparse”.
Ahora, cuando sabe de sus errores pero se niega a reconocerlos muestra inseguridad, temor, frustración porque sus afirmaciones muestran lo equivocado que estaba, su ignorancia y su distorsión de los hechos, ataca furioso a Barack Obama, a los Demócratas y a los periodistas.
En respuesta a la pregunta de Peter Alexander, reportero de la Cadena NBC, sobre “que le diría al pueblo que atemorizado ve el avance del Coronavirus” el presidente estalló en cólera respondiendo con su característico y vulgar estilo:
“Diré que eres un terrible reportero, creo que esa pregunta es asquerosa y creo que es una muy mala señal que estás enviando al pueblo Americano … El pueblo Americano espera respuestas y esperanza y lo que tu haces es sensacionalismo y es lo mismo con NBC y con Concast, no los llamo Comcast, sino concast … deberías avergonzarte” … ataque que levantó una ola de críticas y protestas del gremio periodístico y político en Washington.
En el curso de esta semana se espera un notable incremento del numero de infecciones y posibles decesos, considerando que el virus se expande rápidamente y sin control en la unión americana que alarmantemente carece de una infraestructura medica y hospitalaria, suficiente para atender a lo que podría llegar a ser mas de 560 mil infectados en Mayo o Junio, según estimaciones oficiales del CDC.
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