El papa Francisco respaldó ayer un llamado del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para un alto el fuego global que permita que el mundo se concentre en combatir la pandemia de coronavirus.
Durante su bendición semanal en su biblioteca, en lugar de la Plaza de San Pedro, Francisco mencionó específicamente el llamamiento que Guterres hizo en una conferencia de prensa por Internet el lunes.
Francisco hizo un llamado para que todos “detengan todas las formas de hostilidad belicosa y favorezcan la creación de corredores de ayuda humanitaria, esfuerzos diplomáticos y atención a quienes se encuentran en situaciones de gran vulnerabilidad”.
Naciones Unidas ha estado tratando de mediar en el fin de los conflictos en Siria, Yemen y Libia, al tiempo que proporciona ayuda humanitaria a millones de civiles.
Guterres advirtió que en los países devastados por la guerra los sistemas de salud se han derrumbado y el pequeño número de profesionales médicos que quedaba a menudo ha sido blanco en los combates.
En su discurso del domingo, el Papa también llamó a las autoridades para que sean sensibles al problema particular que plantea el coronavirus en las cárceles de todo el mundo, muchos de ellas superpoblados: “Podría convertirse en una tragedia”.
Apenas el viernes, y ante una solitaria plaza de San Pedro, el Papa dijo que el coronavirus puso a todas las personas “en el mismo bote”, durante un dramático y solitario servicio de oración, e instó al mundo a ver la crisis como una prueba de solidaridad y un recordatorio de valores básicos.
“Una espesa oscuridad se ha acumulado sobre nuestras plazas, calles y ciudades”, dijo.
LEG