La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México informó que investiga como homicidio culposo y lesiones el choque de dos trenes del Metro en la estación Tacubaya del Sistema de Transporte Colectivo (STC), el cual habría sido resultado de omisiones de operación incurridas por un conductor y una reguladora del Puesto Central de Control.

 

La Fiscalía concluyó que el hecho, en el que falleció una persona y otras decenas resultaron heridas, pudo evitarse si el conductor del tren 33 y la reguladora hubieran actuado conforme a los manuales técnicos operativos del STC, mismos que conocían y para los cuales fueron capacitados.

 

De acuerdo al peritaje de la FGJ, al salir de la estación Tacubaya con rumbo a la estación terminal de Observatorio, el conductor del convoy 33 recibió alertas en su tablero de control. Ante esta situación, el sistema de seguridad del tren actuó, bloqueándose en automático.

 

De acuerdo con los manuales operativos en el STC, el conductor estaba obligado a aplicar el frenado del convoy, mediante la maniobra de estacionamiento de emergencia en rampa.

 

La reguladora de la línea no instruyó al conductor a realizar esas medidas, que implicaban mantener el convoy detenido de forma segura, sino por el contrario, le instruyó a que avanzara.

 

El conductor cambió el modo de pilotaje automático a manual limitado, con la autorización de la reguladora del Puesto Central de Control, siendo que en este modo de conducción no se cuenta con ningún dispositivo de seguridad del tren.

 

A partir de ese momento y durante ocho minutos, en un video se observa a diferentes personas que entraron y salieron de la cabina del conductor, cuando los manuales señalan que para ese momento debería ponerse en frenado manual, con calzas en cada vagón, y desalojar el tren.

 

De acuerdo al registro de la caja negra, las diferentes maniobras provocaron que se perdiera la presión del aire del sistema de frenado.
Durante esos ocho minutos, de acuerdo a los protocolos, el Puesto Central de Control nuevamente debió ordenar que se aplicara el freno de estacionamiento de cada vagón, desalojar el tren, así como prevenir a tiempo al operador del convoy 38, que se encontraba en la estación Tacubaya, lo cual no ocurrió.

 

En el peritaje de la FGJ participaron 12 especialistas y es coincidente con el de la empresa alemana TÜVRheinland, que fue contratada por el Gobierno capitalino para elaborar un dictamen independiente a partir de los análisis de caja negra, radio Tetra, telefonía fija, videos y documentos técnicos.