En distintas partes del mundo, las consecuencias de la pandemia por la enfermedad del Covid-19 se han mostrado de diversas formas, sobre todo en materia de producción y distribución de bienes y servicios, exportaciones, por ejemplo. Y los cierres de fronteras, parciales o totales.

Es la temporada de sandías en Florida, Estados Unidos, y mientras el principal estado productor se prepara para la cosecha, muchos de los trabajadores necesarios para recolectar los frutos están varados en México, en plena crisis del coronavirus, imposibilitados para obtener visas.

La restricción de los servicios de visa, regulaciones que cambian rápidamente y mayores controles fronterizos elevan los riesgos de una escasez generalizada de mano de obra en la industria de alimentos frescos en Estados Unidos y podría reducir la oferta en medio de las cosechas de la primavera y verano boreal en todo el país.

El jueves pasado, más de 100 trabajadores esperaban bajo un sofocante calor en un parque en el centro de Monterrey, México, con mochilas y maletas rodantes en la mano, para recibir noticias sobre sus visas como trabajadores agrícolas.

Habían viajado desde todo el territorio mexicano, con el objetivo de conseguir trabajo recogiendo frutas y verduras o cuidando el césped en Florida, Texas, Tennessee y otros estados del país vecino.

Alrededor de un tercio había viajado durante la noche en un autobús desde Guanajuato luego de que la compañía Pequeño Harvesting, con sede en Florida, llamara al reclutador con una demanda urgente de trabajadores para la cosecha de sandía. Acabaron regresando a casa con las manos vacías.

Florida produjo más de 354 mil toneladas de sandía el año pasado, 22% del consumo de EU.

En tanto, a pesar del perfecto tiempo primaveral, la industria de las flores de los Países Bajos ha seguido marchitándose en medio de la crisis por la pandemia de coronavirus.

Los productores están preservando lo que pueden en bodegas o en los campos, pero la realidad es que la mayoría de la cosecha de flores de este año seguramente se perderá.

“Las pérdidas son enormes”, dijo Michel van Schie de FloraHolland, la subastadora de flores dominante en el mundo, “por el momento tenemos sólo 30% de las ventas y (…) este es el período de mayor actividad del año”, agregó.

Las ventas diarias en marzo suelen superar los 22 millones de dólares, y se mantienen altas por Semana Santa y el Día de la Madre.

En total, un 35% de las exportaciones globales de flores y plantas, con un valor de 6 mil 200 millones de euros al año, pasa por los Países Bajos, en su mayoría de agricultores holandeses, pero también llegan productos de granjas en África y América Latina.

 

 

LEG