El día cinco de este mes, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentará un plan de rescate financiero -apoyo, le dicen- para empresas y trabajadores.
No se conocen aún cuáles serían estos apoyos, ni de dónde saldrían los recursos para inyectar a la economía.
A menos claro, que se tomen los recursos de los fondos de contingencia -uno por 160 mil millones de pesos y otro de 90,000 millones- o se haga uso del crédito contingente por 62,000 millones de dólares que el Gobierno de Peña Nieto negoció con el Fondo Monetario Internacional.
De hecho, algunos países como Honduras, ya han ocupado el crédito en stand by negociados con el FMI.
Honduras ayer utilizó 143 millones de dólares de los 312 que comprenden su acuerdo con el FMI.
El país catracho, con una población de 9.2 millones de habitantes, tiene apenas nueve muertos por el coronavirus pero ya enfrenta serios problemas financieros y sanitarios.
En México hay expectación por el anunció que hará López Obrador en materia económica.
Sobre todo porque el Presidente se ha negado sistemáticamente a diferir el pago de impuestos y las declaraciones anuales de las personas morales y físicas, a contracorriente de lo que se ha hecho en otros países.
¿Qué será, qué será?
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Ayer se realizó una teleconferencia con los 32 gobernadores del país en la Secretaría de Gobernación en la que estuvo presente Olga Sánchez Cordero… y Marcelo Ebrard.
Efectivamente, la secretaria de Gobernación fue la anfitriona pero el vicepresidente en funciones sigue llevando la pauta en el tema del coronavirus.
Los gobernadores, todos, preguntaron cuán seria es la pandemia y cuánto tiempo calcula el Gobierno federal que durará; cuáles son las previsiones en materia de morbilidad y mortalidad y cuáles las estrategias financieras para sortear la crisis.
Los gobernadores del norte, Sonora, Chihuahua y Coahuila, se mostraron preocupados por el efecto negativo que tendrá en la industria de extracción el cierre de las minas en sus territorios.
Igualmente, los gobernadores que tienen playas y que fundamentan el 90% de sus ingresos propios en ese sector, preguntaron si debían cerrarse en definitiva esos centros de recreación.
La respuesta es que sí, que deben cerrarse.
Evidentemente la situación pegará a las finanzas estatales, las cuáles ya habían recibido un recorte en el 2019.
Quieran o no, los gobernadores tendrán que mirar a sus impuestos locales para allegarse de recursos; algunos de ellos analizan regresar el cobro de la tenencia vehicular, entre otras medidas.
Por cierto, Ebrard sigue operando el regreso de connacionales que por la pandemia se habían quedado varados en otros países.
Una labor sorda, pero que le está dejando buenos dividendos políticos, sin duda alguna.
Los diputados y senadores no sesionarán en este mes, a pesar de que sigan en contacto por redes, lo que implica de facto el fin del periodo ordinario de sesiones.
Evidentemente, para que se cierre el periodo, tendría que haber una sesión en la que sería convocada e instalada la Comisión Permanente.
Los diputados sí eligieron a sus compañeros que estarán en la permanente pero no esperaron a que lo hicieran los senadores, lo que complicó más el trabajo legislativo.
Tiene que haber un acuerdo entre todos los partidos para convocar a un periodo extraordinario en cuanto pase la emergencia sanitaria, que pudiera ser todo mayo, pues se quedaron en el tintero temas importantes como el outsourcing, la revocación de mandato, la reelección de legisladores, el uso lúdico de la mariguana, entre otros.
A ver.
LEG