Referirse a Arrigo Sacchi es citar a uno de los técnicos que vinieron a cambiar la cara del futbol italiano para siempre con una época llena de dominio por toda Europa. El oriundo de Fusignano, provincia enclavada en la región de Emilia-Romagna, vino a ser uno de los entrenadores que cambió la metodología y la forma de jugar, luego de chocar con una dura realidad: no ser futbolista profesional.

 

Sacchi tiene una similitud con Marcelo Bielsa, actual técnico del Leeds United del Championship (segunda división de Inglaterra), y que tiene al equipo a nada de conseguir su ascenso a la Premier League. Ambos se dieron cuenta de sus propia realidad, la cual fue ser conscientes de que no llegarían a ser grandes jugadores. Lo único que hace la diferencia es que Bielsa lo hizo cuando ya había debutado en la Primera División de Argentina con Newells; Sacchi lo descubrió apenas cuando practicaba futbol amateur.

 

Mientras seguía jugando en divisiones muy inferiores de Italia, Sacchi ya estaba preparándose para llegar a los banquillos, oportunidad que le llegó en 1979 con el Cesena, donde permaneció tres temporadas para luego ir al Rimini por un año. Se convirtió en entrenador de los equipos juveniles de la Fiorentina y en 1984 volvió a Rimini por una temporada. Para 1985, la gran oportunidad llegó, aunque no lo parecía. El Parma, en ese entonces en la tercera división, lo hizo su técnico.

 

Pasó dos temporadas con los Crociati, pero fue en la 1986-87 donde un partido determinó su destino. En los octavos de final de la Copa Italia, Parma, ya en segunda división, enfrentó al AC Milan, recién comprado por Silvio Berlusconi. En aquel partido, el Parma venció 1-0 a los rossoneri y los eliminó del torneo. Berlusconi quedó fascinado con la manera de jugar de ese Parma que al final de la temporada fue por Sacchi.

 

En 1987, Arrigo Sacchi se convirtió en técnico del AC Milan. Inició un romance único. Apenas en su primera temporada con el cuadro lombardo, Sacchi ganó el Scudetto y la Supercoppa de Italia. En su segundo año fue cuando ocurrió una explosión y una revolución en Europa.

 

Si bien nunca más volvió a ganar la Serie A, le dio al Milan las copas más prestigiosas a nivel mundial. Obtuvo de manera invicta la Copa de Europa de 1988 al vencer en la final al Steaua con un contundente 4-0. Después ganó la Copa Intercontinental al Atlético Medellín y venció al Barcelona en la Supercopa de Europa.

 

Mismo recorrido y mismos resultados en 1989 al consagrase bicampeón de Europa tras vencer al Benfica en al final de Copa de Europa. Olimpia de Paraguay fue la victima en la Intercontinental y la Sampdoria en la Supercopa. El Milan reinaba en el mundo de la mano de Sacchi, quien patentó el pressing y él fuera de lugar en bloque, conceptos que no se trataban hasta ese momento en el futbol. Ahí ya fue conocido como el Profeta de Fusignano.

 

Tras una año más con los rossoneri, fue nombrado técnico de Italia en 1991, puesto que ocupó hasta 1996. Con la Squadra Azzurra estuvo a punto de pasar a la historia en la Copa del Mundo de 1994. Aquel seleccionado fue parte del “Grupo de la Muerte”, completado por Irlanda, Noruega y México. Increíblemente quedó cerca de iré en la fase de grupos,pero avanzó como uno de los mejores terceros lugares.

 

En octavos despachó a Nigeria, y después a la España de Fernando Hierro y Luis Enrique, mientras que en las semifinales dio cuenta de la Bulgaria de Stoichkov. En la final contra Brasil, fue un juego de más estrategia que de dotes individuales. Mantuvo un duelo por 120 minutos con su colega Carlos Alberto Parreira, técnico carioca. Llegó la instancia de los penales donde el desenlace trágico para los europeos es por todos sabido.

 

La Euro del 96 fue su última prueba con Italia con una despedida amarga, pues no pasó de la fase de grupos y terminó marchándose. La etapa más brillante de su carrera terminó abruptamente.

 

Volvió ese mismo año con el Milan, donde nada pudo conseguir y terminó yéndose al finalizar la temporada. Recaló en el Atlético de Madrid inmediatamente, donde tan solo medio año después, decidió terminar su relación con el club. Volvió al Parma en 2000, club en el que empezó y terminó su carrera como entrenador, pues un mes después de su nombramiento, pasó a ser directivo.

 

 

DEJÓ OTRO CAMPEONATO

El AC Milan alcanzó dos finales de la Champions League tras la partida de Arrigo Sacchi. En 1993 y 1994, los rossoneri disputaron el partido decisivo, primero ante el Olympique Marseille y perdieron, pero al año siguiente se desquitaron al vencer al Barcelona y volver a reinar Europa por tercera vez en seis años. Aquel equipo continuó y preservó el trabajo realizado por Sacchi con Fabio Capello como técnico.

 

DAMG