Con muchos restaurantes cerrados y gran parte de la población en casa durante el estado de emergencia en Japón para combatir el coronavirus, algunos expertos dicen que las ratas podrían estar expandiendo su búsqueda de comida a las calles desiertas que antes recorrían las personas.
En el distrito Kabukicho, en Tokio, conocido por su vida nocturna, muchos bares y lugares de entretenimiento para adultos han cerrado y en las noches se podían ver ratas en las calles vacías.
Una escena similar fue transmitida por la emisora pública NHK el lunes, mostrando docenas de ratas en una calle desierta, corriendo entre los edificios y alimentándose de la basura en un distrito de entretenimiento en la ciudad suroccidental de Kitakyushu.
«Los restaurantes están cerrados y la basura que solían comer (las ratas) ya no está, así que están buscando comida», dijo el oficial de la Asociación de Exterminación de Ratas Tsutomu Tanikawa.
«Hay menos gente, y cuando las ratas tienen hambre, se vuelven menos cautelosas con los humanos», dijo. «No es problema único de Japón, está sucediendo en todo el mundo».
Japón no tiene medidas de confinamiento obligatorio como otros países, pero el primer ministro Shinzo Abe declaró un estado de emergencia para siete prefecturas, incluyendo Tokio el 7 de abril, dando a los gobernadores la autoridad de ordenar el cierre de la actividad comercial y que la población se quede en casa. Ahora la medida se ha extendido a todo el país.
Takao Koezuka, representante de salud pública de la ciudad de Kitakyushu, dijo que hasta ahora no ha habido un aumento de las quejas sobre las ratas en la ciudad.
«Tenemos que investigar más a fondo para comprender la situación», dijo Koezuka.
Las ratas pueden ser portadoras de enfermedades. Sin embargo, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han dicho que no hay pruebas de que los animales jueguen un papel significativo en la propagación del coronavirus.
La preocupación por las infestaciones de ratas en Japón acaparó la atención mediática antes de que, en octubre de 2018, se cerrara el sector comercial de Tsukiji, en Tokio, el mercado de pescado más antiguo del mundo y una importante atracción turística.
El cese de la actividad del mercado provocó predicciones de que hordas de roedores huirían, incluso hacia la lujosa zona comercial de Ginza. En respuesta, los comerciantes y las autoridades llevaron a cabo una enorme operación de exterminio. /REUTERS
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