Urge que las fuerzas de seguridad de Uganda no sobrepasen el uso de la fuerza en el control y combate al COVID-19, afirmó hoy el Observatorio de Derechos Humanos (HWR por sus siglas en inglés).
“Las fuerzas de seguridad han estado utilizando fuerza excesiva para hacer cumplir las medidas COVID-19 del gobierno. Al enfrentar un desafío de salud pública sin precedentes, es aún más importante para el gobierno garantizar que no se convierta en una crisis de derechos humanos”, dijo Oryem Nyeko, investigador de Uganda.
Según el organismo, las fuerzas armadas han utilizado armas letales con el argumento de vigilar las nuevas restricciones a la movilidad social que permitirían que no se propagara la nueva cepa del coronavirus.
En varias ocasiones, medios locales han registrado abusos en el uso de la fuerza por parte de las instituciones de seguridad, como golpes, amenazas de detención e incluso, amenazas de disparar contra quienes no acatan las medidas gubernamentales.
A pesar de que en el país africano sólo se han presentado 44 casos de contagio por COVID-19 y ningún muerto, se han establecido medidas de seguridad rigurosas con el argumento de evitar la propagación de la pandemia que ya ha ocasionado más de un millón de contagios en el mundo.
Entre las medidas se encuentran restricciones en el transporte público, cierre de bares y mercados no alimentarios, además del cierre de las audiencias judiciales públicas.
El 30 de marzo el presidente Yoweri Museveni anunció varias medidas adicionales, incluido el toque de queda nocturno, la prohibición del uso de todos los vehículos de propiedad privada durante 14 días.
EFVE