El presidente Andrés Manuel López Obrador ha llamado a una tregua a sus adversarios. Felipe Calderón responde y la acepta, y le pide ya no polarizar “ni desde la Presidencia, ni desde la oposición”. Además, pone a disposición del presidente su experiencia por la crisis del A-H1N1.

Hasta ahí, las cosas más o menos bien. Pero la terca realidad nos muestra que las partes en conflicto no quieren renunciar a la beligerancia.

En redes sociales los bandos siguen lanzando obuses para “destruir” al enemigo, no importa a qué sector pertenezca. La premisa parece ser que el que no piensa igual a otro debe ser eliminado.

Leo a Soledad Loaeza en su artículo La Reforma Política de Ávila Camacho, Colegio de México, donde narra la reunión que sostuvieron los expresidentes de la República, entre ellos Cárdenas y Calles, en el marco de una conmemoración de fiestas patrias. México acababa de entrar a la Segunda Guerra Mundial y el presidente Ávila Camacho había llamado a la unidad nacional: “La convocatoria presidencial a la reconciliación encontró más eco entre empresarios, la jerarquía eclesiástica o el naciente partido Acción Nacional, que entre grupos políticos que integraban el PRM… El gobierno esperaba que la defensa de la patria se impusiera a las diferencias personales. No obstante, no fue así”.

¿Alguna coincidencia con nuestra actualidad?

Hoy, el enemigo es invisible, es letal y requiere de disciplina para evitar contagios.

El llamado del Presidente se topa con la necia actitud de muchos de sus “aliados”, los que viven de descalificaciones al adversario. Mucho me pregunto: ¿No se han dado cuenta de la victoria?

El Covid-19 no es un chiste. Creo que, desde la Presidencia, López Obrador está actuando y sustentando sus acciones en lo que le dicen los científicos que tiene a su lado.

También, como a casi todos, me desespera ver acciones en otros países, principalmente Corea del Sur, que no se aplican en México, sin embargo, asumo que las decisiones son las correctas para nosotros.

Lo que suceda durante y después de la crisis, en lo que corresponde a la actuación del Gobierno, será calificado por los ciudadanos.

Hoy, los lopezobradoristas y los miembros del Morena tienen una oportunidad que los del PAN y del PRI no quisieron tomar: tenderle la mano a los mexicanos que piensan distinto. Hacerlo, hablará de grandeza y compromiso con México.

La Letrina. Los demonios andan sueltos, dijo un merolico que propaga odio en las conferencias matutinas. Y recordé al personaje que la acuñó. Confirmé que los traidores están muy cerca, y nadie hace nada por alejarlos del presidente López Obrador.

 

                                                                                                                                                    @Fercoca