La Catedral de Iztapalapa fue sede de la representación del Domingo de Ramos, que por primera vez en 177 años se realizó a puerta cerrada con motivo de la contingencia sanitaria por Covid-19.
Sin público y con apenas 25 actores por escena, la alcaldía Iztapalapa y la Secretaría de Seguridad Ciudadana formaron un cerco alrededor de la Catedral para impedir la entrada de público, que pudo seguir la transmisión de la representación a través de redes sociales y canales de televisión pública.
Para los actores que participaron, personal médico les tomó la temperatura y les aplicó gel antibacterial, con el objetivo de reducir los riesgos de contagios; además, en las escenas (que representan pasajes como el inicio del ministerio de Jesús, su encuentro con la samaritana y su entrada a la ciudad de Jerusalén), se mantuvo más de un metro de distancia entre los participantes.
Este jueves y viernes también será posible observar la representación de la crucifixión de Cristo por Internet y canales públicos.
Desde que comenzó la tradición de representar la Pasión de Cristo en Iztapalapa, en 1843 (en agradecimiento al Señor de la Cuevita por terminar con una epidemia de cólera, según la tradición local), la guerra de Reforma, la invasión de Estados Unidos, la intervención francesa, ni la Revolución de 1910 habían logrado interrumpir la celebración, que este año se realiza de forma simbólica para evitar contagios de Covid-19.
Por su parte, consultada por 24 HORAS, la alcaldía Iztapalapa informó que a partir de este domingo y mientras duren los festejos, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México desplegará 280 efectivos, entre ellos personal de la Subsecretaría de Tránsito
AR