La pandemia del COVID-19 está infectando y matando a la comunidad afrodescendiente a tasas desproporcionadamente altas, según datos publicados por varios estados y grandes ciudades de Estados Unidos, informó este martes The New York Times.
Las estadísticas preliminares con datos del COVID-19 por color de piel han comenzado a ser publicadas por varios estados y ciudades estadounidenses en los últimos días. Revelan que las personas afrodescendientes enfrentan mayores riesgos ante el coronavirus.
Hasta este martes, por ejemplo, las personas afroamericanas representan 33 por ciento de los casos en Michigan y 40% de las muertes, a pesar de representar solo el 14% de la población del estado, informó Vox.
En Illinois, los afroamericanos han representado el 42 por ciento de las muertes aunque solo equivalen al 14.6 por ciento de la población de la entidad. En Chicago los datos son más graves: la comunidad afroamericana registra el 68 por ciento de las muertes en la ciudad y más de 50 por ciento de los casos.
La noticia de esta problemática se difunde en el contexto de que, en la víspera, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un llamado urgente para que los gobiernos del mundo se comprometan a la equidad e igualdad racial en la prestación de servicios de salud durante la pandemia.
La ONU llamó a evitar mayores tasas de mortalidad debido a la discriminación. De acuerdo con el Grupo de Trabajo de Expertos del organismo sobre las personas afrodescendientes, la discriminación estructural podría exacerbar la desigualdad en el acceso a atención sanitaria.
El presidente del Grupo de Trabajo, Ahmed Reid, dijo que los Estados no han reconocido los riesgos de salud específicos que enfrentan las personas afrodescendientes.
La problemática trasciende lo ya evidenciado hoy en Estados Unidos; la ONU afirmó que un número desproporcionado de personas afrodescendientes en el mundo trabajan en industrias de servicios, viven en comunidades sobrepobladas, enfrentan inseguridad alimentaria y falta de acceso al agua.
“En muchos países, las personas afrodescendientes trabajan brindando asistencia sanitaria en el hogar, como cuidadoras y personal de prestación de servicios que ayudan a los hospitales y los sistemas de salud a centrarse en los casos más graves, a pesar de la ausencia de esfuerzos públicos para garantizar su seguridad y protección”, dijo Reid.
La ONU consideró que la disponibilidad de personas afrodescendientes para colaborar en la crisis no debe significar que sean excluidas.
CS