Aura E. Martínez Oriol

Experta en finanzas públicas. Integrity Icon CDMX 2019

Los Fideicomisos, esos viejos adinerados e incomprendidos, foco de malas miradas y más frecuentemente de ataques a ciegas, con la necesidad de recursos para afrontar la pandemia, otra vez están en el ojo del huracán. El pasado 2 de abril, durante el periodo de observancia de las medidas de la Fase 2 de contención del COVID-19, la Oficina de la Presidencia de la República publicó un decreto instruyendo a las ejecutoras de gasto para que a más tardar el 15 de abril concentren en la Tesorería de la Federación la totalidad de los recursos públicos federales que formen parte de fideicomisos, mandatos o análogos.

Para un listado incierto, algunos datos

Para contar con una aproximación del universo de fideicomisos que se sujetarían a esta medida, a falta de un listado oficial, es de utilidad el Anexo XIV de los Informes sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), que relaciona el estatus de los fideicomisos, mandatos o análogos registrados en el Sistema de Control y Transparencia de Fideicomisos.

De 338 en el Sistema al cuarto trimestre de 2019 (con un monto en disponibilidades de $740.6 mil millones), 35 cuentan con disponibilidad igual a cero mientras que 5 cuentan con disponibilidades negativas por un monto superior a los 2 mil millones de pesos, lo que nos deja un universo máximo de 298 actos. A esto habría que sumar los 18 fideicomisos que son considerados entidad paraestatal, quedando un total potencial de 316 fideicomisos para su potencial extinción.

Tomando en cuenta solo lo anterior, dado que el Presidente ha señalado la terminación de 281 fideicomisos, esto significaría finalizar un 88.9% de dichos instrumentos. Siguiendo también las cifras mencionadas por el titular del Ejecutivo, la obtención de liquidez esperada es de aproximadamente 250 mil millones de pesos, lo cual corresponde al 33.8% de las disponibilidades de los fideicomisos registrados en el Sistema.

Inmediatez, también incierta

Cabe mencionar que existen 30 actos que ya se encuentran en proceso de extinción en el Sistema, con un promedio de avance del 49% en dichos procesos, sin que se especifique cuándo se inició su proceso.

Resalta que varios de ellos requieren de la comprobación de títulos de propiedad (incluso, en un caso, de propiedad en los Estados Unidos) o están sujetos a numerosas sesiones de Comités de Administración, lo que dificulta una extinción inmediata y pone en duda que los montos totales de la disponibilidad actual sean liquidables.

Sobre qué tan rápido puede extinguir este Gobierno dichos actos jurídictos, a pesar de la frontalidad con la que el Ejecutivo ha propuesto su terminación, en un año se han extinto 6 fideicomisos, por lo que alcanzar el dato de 281 suena poco factible.

Consideraciones para la transparencia del proceso

El monitoreo social de los fideicomisos en proceso de extinción es indispensable, así como contar con medidas que garanticen que no se están eliminando vehículos financieros que apoyan objetivos nacionales indispensables como la cultura, la ciencia, etc. Se propone, como un inicio, lo siguiente:

 

  • Publicar el listado de fideicomisos potencialmente sujetos a extinción y el listado final el mismo 15 de abril, en formato de datos abiertos y acompañados de una explicación técnica y una infográfica básica y/o en formato digital.
  • Publicación de lógica específica de la terminación de cada fideicomiso en términos de su misión, no solo de la emergencia nacional.
  • Inclusión de las siguientes categorías en datos abiertos y actualización en tiempo real, dado el contexto de emergencia:
    • Identificador del proceso de extinción
    • Porcentaje de avance en el proceso
    • Observaciones relacionadas con el proceso
    • Condiciones de disponibilidad
    • Hitos y fecha aproximada de extinción
    • Oportunidades de monitoreo social en los Comités de Administración o en cualquier punto del proceso de extinción
    • Responsable de la información reportada (cargo, nombre, correo electrónico y teléfono)

 

Con la pandemia que enfrentamos tal vez el reto más grande que han tenido nuestras finanzas públicas, la creatividad e inteligencia con la que se atienda definirá, en buena medida, nuestro futuro económico y la oportunidad de lograr el país que nos prometimos, en el corto, mediano y largo plazo. No debemos renunciar a lo que nos hace grandes (cultura, ciencia y tecnología, derechos laborales, etc.), si no valernos de ello para salir adelante.

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