La música se ha apagado para los organilleros de la Ciudad de México debido a la contingencia sanitaria por la pandemia de Covid-19, que ha disminuido sus ingresos hasta en 90%.

Vestido con el tradicional uniforme café, Víctor Rivera explica que ellos no pueden quedarse en casa, como solicitan las autoridades, pues no pertenecen a ninguna empresa, sindicato u organización que los apoye o que les garantice un ingreso.

Y es que ellos (como otros músicos, meseros y boleros, entre otros), viven al día de lo que les da la gente que los escucha en las calles, esas calles que hoy lucen semivacías debido al aislamiento necesario para contener la pandemia.

“Nosotros no podemos quedarnos en casa, pues vivimos al día, no podemos quedarnos en casa, nuestras familias deben comer, ojalá las autoridades nos volteen a ver a nosotros también”, indicó Víctor, quien recordó que su oficio es uno de los más antiguos de la Ciudad de México.

Apenas el martes pasado, un grupo de cerca 60 organilleros se manifestó a las afueras del edificio de Gobierno con cartulinas en donde se podía leer: “Organilleros, un sector muy vulnerable” o ” No puedo quedarme en casa, debo conseguir sustento”.

Luego de manifestarse, los organilleros volvieron a tocar sus instrumentos en las calles del Centro, buscando una moneda que le sobrara a los transeúntes.

 

LEG