Ilusos, así es como les dicen a los que esperaban algo diferente en la actitud del presidente Andrés Manuel López Obrador, al momento de anunciar el supuesto plan económico emergente.

 

Peores están los que encontraron en el discurso presidencial de la tarde del domingo un verdadero plan de emergencia, porque a pesar de la dramática caída en la popularidad de la 4T, todavía hay aquellos que creen que este camino nos puede llevar a algo bueno.

 

Dejemos de lado la escenografía de un templete solitario a la mitad del enorme Patio de Honor del Palacio Nacional, podemos obviar la manera como López Obrador diría un mensaje como si tuviera frente a sí a una de esas multitudes que él y solo él saben reunir.

 

Es el contenido, es la evidente falta de una capacidad de reacción ante la profunda crisis que enfrentamos lo que preocupa.

 

López Obrador preparó un plan de Gobierno para un país que tenía tasas de crecimiento del 2.5% en promedio. Pero su primer año de Gobierno no solo se encargó de que la economía decreciera, sino que también se gastó buena parte del guardadito que se había juntado para una eventual crisis.

 

Llega a este momento, de una situación que le ha cambiado al mundo entero la cara, con un antecedente de tener una economía estancada y con la mitad del cochinito que se había juntado para los tiempos complicados. Y con el mismo plan, sin cambiarle una sola coma.

 

Pero como la crisis amerita un programa especial, entonces adereza el discurso de siempre con los tristemente famosos “otros datos”, una carga de datos imprecisos que podrán satisfacer, temporalmente, a su feligresía, pero que definitivamente angustian a los que saben del tamaño de la crisis económica y la padecen.

 

Y vamos con lo económico, porque esa referencia de ser el segundo país con menos infectados de Covid-19 tiene que ver con la baja cantidad de pruebas que se aplican para detectar la enfermedad.

 

Dice el Presidente que no van a subir de precio los combustibles. Esto es falso. Actualmente el Gobierno federal aplica el 100% de los impuestos a las gasolinas, lo que mantiene el precio en los niveles actuales, en torno a los 16 pesos por litro de gasolina regular, es el bajo precio del petróleo, algo que no depende de la 4T.

 

Se van a crear dos millones de empleos. Falso, las expectativas de una recesión importante hacen imposible esa meta, salvo que claro, nos salgan con el cuento chino de que las becas a los jóvenes son plazas laborales, y ni así se logra esa meta imaginaria.

 

Bajar sueldos y quitar aguinaldos. No. Las diminuciones en los ingresos de un grupo reducido de burócratas no aportan recursos importantes al gasto y quitar prestaciones de ley implicaría una lluvia de amparos.

 

No hay pues ningún programa emergente para enfrentar la crisis. Hay una reiteración de las mismas ideas de siempre, fuegos artificiales y una gran cantidad de cuentos chinos.

 

                                                                                                                                     @campossuarez