Mauro Ferrari, quien se desempeñaba como presidente del Consejo Europeo de Investigación (CEI), anunció su renuncia, tras sentirse decepcionado por la reacción del bloque ante la emergencia del COVID-19.
Ferrari, aseguró que llegó al CEI como un “ferviente seguidor” de la Unión Europea (UE), pero esta crisis cambió su punto de vista sobre el trabajo de la alianza de países, anunció a través de una carta publicada por el diario Financial Times
Puntualizó que no ha dejado de creer en la importancia de la cooperación internacional, pero la falta de colaboración para crear un programa especial conjunto, que fue rechazado por una parte considerable de los representantes de las naciones en diferentes áreas de la UE significó una decepción para él.
De igual manera, denunció la “completa falta de coordinación en los sistemas de salud europeos”, lo que significa una falla, junto con el cierre de fronteras y la negativa crear un soporte financiero capaz de brindarle apoyo a los países que lo necesitan a tiempo.
Ferrari inició su labor en la UE el 1 de enero de este año y se quedaría durante cuatro años al frente de este consejo, pero la decepción ante las posturas nacionales por el COVID-19 lo llevaron a renunciar de su posición.
Su plan especial europeo solicitaba recursos para profundizar en la investigación para la cura y la creación de una vacuna con científicos y laboratorios capacitados de toda la Unión, pero no obtuvo una respuesta positiva a su solicitud.
En su carta aseguró que el trabajo con la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von der Leyen significó una disputa política al interior de la propia UE, que implicó la desintegración total de su plan de ayuda a los ciudadanos europeos.
Ferrari ha dedicado una parte importante de su investigación en encontrar una cura para el cáncer y ha destacado en sus contribuciones a la nanomedicina, gran parte de su labor la ha realizado en Estados Unidos.
EFVE