Los líderes tortilleros del país, convocaron al Presidente Andrés Manuel López Obrador, a atender directamente la problemática por la que atraviesa su sector, la cual podría redundar en una crisis alimentaria innecesaria.
Refirieron que todos los involucrados en la cadena de producción han hecho lo que está en sus manos para garantizar que las tortillas sigan llegando a la mesas de las familias mexicanas durante la contingencia sanitaria derivada del contagio del COVID-19, a pesar de las pérdidas que está significando su producción para el sector y que ponen en riesgo 440 mil fuentes de empleo.
“Éste es un llamado urgente al presidente para que nos conceda una audiencia, para que personalmente le expliquemos lo que sabemos de la industria de la tortilla quienes estamos detrás del mostrador, para que sepa cómo funciona la cadena alimentaria del maíz y la tortilla y no solo se deje llevar por gente que no come tortilla y que no conoce las cualidades que ésta tiene”.
Explicaron que ante la falta de seguimiento a los acuerdos establecidos en las últimas semanas por parte de las diversas dependencias del Gobierno de México, para estabilizar el precio del maíz, considerado el principal insumo para la elaboración de la masa y la tortilla, el Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla A.C. y la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas exigen al Ejecutivo federal llevar a cabo una audiencia con el sector, antes de que se registra una escasez de este alimento básico en las mesas mexicanas.
El presidente del Consejo Rector de la Tortilla Tradicional Mexicana, Sergio Jarquín Muñoz, informó que, a pesar de que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) anunció la aplicación de precios de garantía en el maíz blanco para productores de mediana escala, con el fin de que el precio de este grano no se elevara en el corto y mediano plazo, los intermediarios han aumentado el costo por tonelada hasta en 32 por ciento de febrero a la fecha.
“La producción de tortilla en México está en riesgo porque no existe una interlocución con el gobierno federal para estabilizar el precio de maíz, que es el insumo principal para la elaboración del alimento más importante en la dieta de los mexicanos, pues este grano sigue incrementando su precio, ya que, en febrero, pagábamos 4 mil 800 pesos por tonelada y, hoy lunes 13 de abril, ya tenemos que desembolsar seis mil 350 pesos por tonelada; es decir, nos subieron 300 pesos más en solo dos semanas”, detalló.
El líder tortillero señaló que, aunado a ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha comenzado a realizar operativos injustificados en contra de las más de 110 tortillerías que existen en el país, en los que los verificadores amedrentan a los dueños o al personal a cargo, con interponer sanciones que superan los tres millones de pesos si no se ajustan a los precios base que la dependencia estatal ha establecido de manera equívoca y sin considerar los aumentos que se han presentado en los insumos que requiere la producción de este alimento.
“Desde enero de 1999, el precio de la tortilla se liberó, por lo que ninguna instancia federal puede fijar un precio oficial en este producto, como lo ha declarado la Profeco, quien nos está amenazando y actúa en contra de los propietarios de las tortillerías; situación que rechazamos categóricamente, pues lo que tendría que supervisar es que se estabilice el precio del maíz para que nosotros no nos veamos en la necesidad de subir el costo por kilogramo”, manifestó.
Por su parte, el presidente de la Unión Nacional de Industriales de la Masa y la Tortilla, Antonio de la Torre Carlos, lamentó que el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield Padilla, haya sido engañado por parte de los intermediarios de las harinas de maíz usadas para elaborar la tortilla, quienes presuntamente aseguraron que no aumentarán sus precios este año.
Puntualizó que los productos de Maseca no son el principal insumo que se ocupa en las tortillerías mexicanas, pues una buena tortilla es elaborada con maíz nixtamalizado y apenas requiere de entre el 30 y 50 por ciento de esas harinas de maíz, aunque hay algunos lugares en donde sí se utiliza en el cien por ciento de la producción, pero el valor alimenticio no es el adecuado.
“Los empresarios del centro del país le apostamos a elaborar una tortilla de masa nixtamalizada que no se le compra a esa empresa, pues no la elabora, por lo que este producto se tiene que adquirir con las grandes comercializadoras que están distribuyendo el maíz a costos altos y a las que la Profeco no ha inspeccionado. Equivocadamente, han hecho creer al presidente que no incrementarán sus precios y costos en la compra del maíz, pero la empresa compró grandes volúmenes a productores entre noviembre de 2019 y enero de 2020, donde no teníamos la contingencia y, días después, incrementaron el precio hasta en mil 200 pesos”, sostuvo.
Al respecto, el presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortillas, Rubén Montalvo Morales, agregó que a este aumento reportado, debe sumarse un sobrecosto cercano a los 900 pesos que tendrán que asumir nuevamente los tortilleros de la zona centro y sur de México, derivado del traslado y maniobra de este insumo desde Sinaloa, pues la buena cosecha del Bajío mexicano se terminó en los primeros meses del año.
“Seguimos teniendo graves consecuencias derivado de los incrementos en nuestro principal insumo, por lo que, desafortunadamente, existe el enorme riesgo de dejar sin tortillas las mesas de los mexicanos, porque, de seguir con las amenazas y acciones de la Profeco, como en el peor de los gobiernos de antaño, y de mantenerse el sobrecosto del maíz, corremos el riesgo de ver tortillerías cerradas en las próximas semanas, porque no es redituable el negocio para quienes nos dedicamos a esto”, manifestó.
Aclaró que la industria de la masa y la tortilla nixtamalizada no está solicitando un apoyo económico durante la contingencia sanitaria, sino que todos los sectores involucrados trabajen en equipo para sacar adelante a los miles de negocios que dependen de ella en el país, los cuales serán los últimos en cerrar las cortinas con el fin de atender las necesidades de alimentación del pueblo, especialmente, de quienes forman parte de las clases más vulnerables.
“Señor presidente, nuestra preocupación principal es el abasto, pero nuestro principal insumo es el maíz blanco y no la harina de maíz industrializada, por lo que el desabasto se registra en el maíz que, a la fecha, se encuentra en las bodegas de los comercializadores de este grano y de Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex)”, recalcó.
CS