BOGOTÁ.- Gerson Monje levanta su teléfono celular para mostrar con orgullo su tienda de sexo en línea. Una pancarta roja que dice “agotado” está en la mitad de los productos.
Si bien la mayoría de las empresas colombianas sufren el impacto de una cuarentena de cinco semanas para frenar la propagación del coronavirus, una industria en línea ha visto una explosión en las ventas en el país históricamente conservador y católico: los juguetes sexuales vuelan de las estanterías estantes virtuales.
“El incremento de las ventas empezó aproximadamente cuatro días después de la cuarentena”, dijo Monje, quien todavía tiene productos para entregar a los clientes en medio del aislamiento obligatorio nacional. “Hemos visto un aumento de 50%”.
“La gente está en casa y está pensando más. Están con sus parejas o solos y necesitan esparcimiento de su recreación diaria para el encuentro de intimidad con el otro o con sí mismo”, aseguró Monje.
Reuters habló con seis sex shops en línea en Colombia y todas respondieron que sus ventas aumentaron desde que comenzó la cuarentena. Los colombianos deben permanecer en sus hogares hasta el 27 de abril, a excepción de las salidas autorizadas para comprar alimentos, medicinas y hacer transacciones en los bancos, entre otras.
Los juguetes sexuales podrían ayudar a las personas a mantener el ánimo en alto durante un largo aislamiento y contribuirían a una distensión de las costumbres sexuales, dijo la sicóloga Carolina Guzmán.
“La cultura colombiana ha mantenido una idea muy conservadora al respecto a la sexualidad y la comunicación sexual. Es un buen momento también para permitirse trabajar en la curiosidad, la creatividad, entender que la compra y consumo de estos artefactos es fantástico”, aseguró Guzmán.
Otros países han visto un fenómeno similar. Las ventas de juguetes sexuales en Dinamarca se han más que duplicado, mientras que la cadena británica de lencería Ann Summers reportó que las ventas de juguetes sexuales aumentaron un 27% en la última semana de marzo.
Dentro de la tienda de sexo Sixth Sense en Bogotá, la gerente Adriana Marín vio al Papa Francisco celebrar una misa del Viernes Santo en su computadora mientras rociaba cajas de productos con desinfectante.
Las ventas de su tienda en línea han despegado a pesar de que está cerrada al público y hay una fuerte competencia. Hay alrededor de otras 30 tiendas de sexo solo en su vecindario.
En Bali Sex Store en Medellín, las ventas aumentaron un 140%.
Los productos con aplicaciones de telefonía móvil que permiten a las parejas que están separadas en medio del aislamiento controlar los juguetes entre sí son particularmente populares, dijo Katty González, directora de marketing de la tienda.
“Hay personas que realmente quieren hacer cosas diferentes con su pareja porque antes no tenían el tiempo por tantas cosas que se viven en el día a día y yo pienso que en estos momentos les están dando la oportunidad de explorar estas cosas diferentes”, afirmó.
MGL