¿Tiene usted, en estos momentos de contingencia sanitaria por el Covid-19 y de recesión, alguna preocupación por las elecciones de junio de 2021?

 

Bueno, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador sí. Y no es solo una preocupación, es su tema central.

 

El Presidente procura todos los días regar ese árbol de la discordia y la división social que él mismo plantó desde sus campañas políticas. Quiere ver un roble que reviente el techo de la estructura nacional. Debería respetar esa tregua que él mismo propuso por un mes. Pero no aguantó ni una quincena.

 

Lo que quita al sueño al Presidente no es que baje la economía y suban los contagios, sino que baje su popularidad y suban los rechazos a su partido, Morena. Por eso insiste en querer aparecer en las boletas electorales de las elecciones intermedias del próximo año.

 

En la antesala de la Fase 3 de contagios en México del SARS-CoV-2, estamos también en plena caída en la barranca de la recesión más pronunciada que ha tenido este país en 90 años. Y lo hacemos con una gran desventaja frente al mundo.

 

Mientras todas las economías con las que tenemos trato, y con las que nos podemos comparar, tuvieron crecimientos el año pasado, cuando había estabilidad global, México entró en recesión.

 

Y desde ese descenso de un escaloncito de 0.1% en el Producto Interno Bruto durante 2019, entramos en la caída libre de una disminución que el Fondo Monetario Internacional calcula en -6.6% este año.

 

Es el peor pronóstico para una economía emergente y la caída más profunda entre los países que dicen tener pocos contagios.

 

Y tras ese retroceso tan profundo, México solo podrá ser capaz de levantarse el 3% durante el 2021. Y en medio de tan sombrío panorama lo único que se le ocurre al Presidente es mantener su estrategia de división.

 

Nuestro país desaprovechó las condiciones de estabilidad del 2019 para lograr un crecimiento de al menos el 2% justo por esa política de unilateralidad mandona de la 4T.

 

Con su desplante de insistir en aparecer a como dé lugar en las boletas el próximo año, el presidente López Obrador dejó ver una vez más que no le tiene ningún respeto a ese otro poder de la Unión que es el Congreso.

 

Si él dice que mañana manda una iniciativa constitucional para que se hagan los cambios que lo hagan aparecer en las boletas de 2021 es porque sabe que su mayoría legislativa es simplemente una oficina de asuntos legislativos de la presidencia y que obedecerán sus instrucciones.

 

No solo es la pandemia la que acentúa los malos pronósticos económicos para México, es esa actitud insensible de un Gobierno que no acaba de entender el tamaño de lo que implica gobernar una nación del tamaño de la nuestra, en la que el primer paso es la necesidad de convocar a la unidad y la solidaridad. No al desprecio, al ataque y al intento de anulación de los que solo ve como opositores electorales.

 

                                                                                                                                        @campossuarez